AVANCE EN LAS OBRAS DE LA BASÍLICA DE GAUDÍ

Una sacristía de récord

La nueva cúpula 8 Los andamios dan al cruce de las calles Provença y Serdenya.

La nueva cúpula 8 Los andamios dan al cruce de las calles Provença y Serdenya.

CRISTINA SAVALL
BARCELONA

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En el cruce de las calles Provença y Sardenya, detrás del altar mayor de la Sagrada Família, ya se percibe la silueta de la sacristía que será la más grande de Barcelona con 400 metros cuadrados en su planta baja y con seis pisos que suman 40 metros de altura coronados con una cúlupa construida, como indicó Antoni Gaudí, con la antigua y eficaz bóveda catalana tabicada.

«Este sistema tiene sus orígenes en el siglo XIV. Consiste en cubrir la bóveda mediante ladrillos colocados por la cara de superficie mayor. La primera capa no aguanta demasiado, pero con varias se convierte en muy resistente. Además, tiene valor estético. Se encuentra en muchas casas modernistas del Eixample», define Jordi Faulí, director del equipo constructor de la Sagrada Família, que en el 2012 sustituyó a Jordi Bonet.

La sala de los tesoros

La sacristía es el enclave de la basílica donde los sacerdotes se revisten, donde se guardan los ornamentos y algunos tesoros pertenecientes al culto eclesiástico y donde, según marca la tradición, probablemente se anotan las misas por los difuntos. Al igual que la sacristía de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, la de la Sagrada Família está cubierta por una cúpula. Hasta ahora la de mayor tamaño en Barcelona era la de la catedral, que no alcanza los 300 metros cuadrados.

Faulí explica que ya están construidas las bóvedas del sótano de la sacristía. «Después se levantaron las columnas de piedra y de hormigón de la planta baja y se colocaron los encofrados de las bóvedas para ser hormigonados», informa el arquitecto, que ha trabajado las armaduras de acero y la madera que traza el esqueleto de la sacristía en un taller en Galera, un pequeño pueblo de de Gaià (Bages). «En esta nave también se han trazado los antepechos, dinteles y jambas de los ventanales de la cúpula con forma parabólica que terminará en un pináculo y que contará en esta zona más alta con ventanales triangulares y una cimbra», detalla Faulí, que sigue las pautas de la reconstruida maqueta de yeso de Gaudí, que se salvó del incendio de 1936. Hoy se exhibe en el museo del templo.

Paralelamente, un equipo de escultores está diseñando el dibujo y el colorido de las palmeras y del cordero que decorarán las baldosas de cerámica de la fachada que se verá desde el exterior. «Son los símbolos del martirio de Jesucristo», apunta el responsable de las obras de la basílica, que tiene previsto finalizarlas en el 2026.

La previsión es que el exterior de la sacristía esté terminado en el 2015. Faulí añade que su construcción es un «excelente» banco de pruebas para mejorar las técnicas en las dos torres centrales. «También estamos construyendo la Sala de Creuer, de unos 20 metros de altura con piezas prefabricadas que dan forma a la bóveda».