Montilla pone el traslado de la CMT a Barcelona como ejemplo de descentralización

El presidente de la Generalitat, José Montilla, ha defendido hoy el proceso de "descentralización" y ha asegurado que "la Administración del Estado no se debilita sino que se fortalece cuando un organismo estatal va a parar a una comunidad autónoma", como es el caso de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) que ha inaugurado hoy su nueva sede en el distrito 22@ de Barcelona. El president ha subrayado que "actos como el de hoy deberían ser normales, y no una excepción", en alusión al traslado de Madrid a Barcelona de esta organismo estatal que regula las telecomunicaciones en España-

El traslado de la CMT de Madrid a Barcelona, aprobado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en diciembre del 2004, fue fruto de un acuerdo que sellaron el entonces president Pasqual Maragall y Zapatero. La decisión tropezó de inmediato con protestas avivadas especialmente por el

anterior presidente de la comisión, Carlos Bustelo, quien llegó a comparar el traslado con una "deportación". La presidenta de la Comunidad de Madrid,

Esperanza Aguirre, fue muy beligerante y fichó a Bustelo para presidir el Tribunal de la Competencia autonómico cuando dimitió de la CMT poco

antes de vencer su mandato. El nuevo presidente de la CMT, Reinaldo Rodríguez, zanjó la polémica mediante un pacto laboral. Sin embargo, menos de la mitad de la plantilla no directiva aceptó trasladarse a Barcelona a trabajar.

El caso alemán

Con esta historia de fondo, Montilla ha citado el ejemplo de federalismo de Alemania y ha señalado que "nadie se atrevería a decir que Alemania es menos Estado por tener descentralizados sus organismos".

En una línea similar se ha expresado el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, que ha manifestado su satisfacción porque un organismo de la Administración General del Estado como la CMT esté en Barcelona. Por su parte, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha alabado el papel desempeñado en los últimos años por la CMT, al "adaptarse a las necesidades de la sociedad e impulsar el mercado hacia la competencia". Finalmente, el presidente de la CMT, Reinaldo Rodríguez, ha defendido la labor del ente regulador que "realiza con prudencia y eficiencia las tareas que le han sido encomendadas".

Inversión de 62,5 millones de euros

Polémicas políticas al margen, la nueva sede de la CMT es un imponente edificio asimétrico.  El proyecto, que ha supuesto una inversión de 62,5 millones de euros, es obra de los arquitectos Enric Batlle y Joan Roig. El edificio cuenta con una superficie total de 12.200 metros cuadrados distribuidos en dos espacios diferenciados. El edificio principal, con entrada por el número 56 de la calle de Bolívia, tiene 10 plantas con oficinas que alojarán las direcciones y la presidencia de la CMT y tres subterráneos dedicados a aparcamientos.

El segundo espacio es la histórica nave de la fábrica textil Can Tiana anexa al edificio principal, que conserva su estructura original del siglo XIX. En ella se ubicará un auditorio con una capacidad para 330 personas y una sala de reuniones internacionales. La gran novedad es que este espacio también albergará una guardería para facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar del personal de la Comisión.

El edificio de la CMT es una construcción singular en la que convergen sostenibilidad y vegetación junto con modernidad y tradición. Dispone de una doble fachada exterior de acero y cristal diseñada en forma de red que se adapta a la compleja volumetría del edificio. Un sistema de lamas horizontales dota a la construcción de una correcta protección solar. El sistema de iluminación nocturna reforzará el carácter simbólico e innovador de la estructura, que se suma a la singularidad arquitectónica de muchas empresas que se han instalado en el 22@.