CELEBRACIONES TRADICIONALES

La iluminación navideña abre otra brecha entre Colau y el comercio

Luces de diseño en Gran Via, en el cruce con paseo de Gràcia, el año pasado.

Luces de diseño en Gran Via, en el cruce con paseo de Gràcia, el año pasado.

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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¿Contribuyen el despliegue de kilovatios y cascadas de color a incentivar las ventas navideñas? ¿A animar las fiestas? El nuevo equipo de gobierno de Ada Colau cree que Barcelona necesita dar un paso adelante y buscar fórmulas de promoción más creativas, más duraderas y más repartidas por todo el territorio. Opina que en matería lumínica se ha llegado a la saturación y hay que abrir otras vías. Una voluntad que ya ha transmitido a los comerciantes y que ha sido encajada con dudas por unos y con irritación por otros. No se promoverá la ampliación de nuevas zonas iluminadas, y mucho menos sufragadas al 100%. Este año, no obstante, se seguirá el guión del año pasado, con una dotación de 850.000 euros, afirma, para ir apostando por un cambio progresivo.

La tensa relación del ayuntamiento con el comercio a causa de la gestión del conflicto de los manteros, de los problemas con las terrazas, el tranvía de la Diagonal y, en el caso de los ejes más céntricos, de los planes para frenar el turismo, suma nuevas discrepancias sobre la promoción navideña. Colau ya anunció a mitad de verano que este año no habría pista de hielo en el centro de la ciudad. La veía poco sostenible, pese a que fue una supuesta herramienta promocional impulsada por los ejes de barrio desde la Fundació Barcelona Comerç, dado que tiendas de todos los distritos repartían descuentos para patinar a sus clientes. La noticia no gustó a la fundación, que está a la espera de otras alternativas. Pero el debate se amplifica ahora con la intención del consistorio de dar un giro a la tradicional fórmula de ornamentar la ciudad para promover el ambiente y, por consiguiente, el consumo.

El comisionado de Comercio, Miquel Ortega, defiende un modelo más sostenible y ecológico, frente al "caduco" de los adornos pensados solo para el comercio. Se ha reunido con las entidades comerciales para transmitir esta voluntad. Pero el mensaje subyacente para los afectados es que se tenderá a reducir la iluminación navideña y las ayudas. También lo es para la oposición, que anoche llevó el tema a la comisión de Economía, y dejó solos a Barcelona en Comú y la CUP, en su visión más laica de las fiestas.

Horarios

Comerciantes y el resto de grupos políticos temen también que se vean afectados el horario y el inicio de la campaña festiva. El año pasado vivió su versión más larga (47 días) y extendida, tras años de reivindicaciones del sector. Ortega afirmó no haber decidido aún estos detalles, a dos meses del encendido.

"El ayuntamiento cuestiona la dotación presupuestaria para luces de Navidad en el comercio", lamentan en Barcelona Oberta, que agrupa los ejes comerciales con más turismo, del Born al paseo de Gràcia. Pero reflexionan que muchas asociaciones de tiendas se basan en recaudar para la campaña de Navidad y las luces, y podrían desactivarse si no siguen manteniendo las subvenciones. La misma queja suscriben el Consell de Gremis de Comerç, Serveis i Turisme, la Confederació de Comerç de Catalunya, Amics de la Rambla, Barna Centre... Todas exigen mantener el modelo actual y mejorarlo.

Ortega asegura que este año aún no habrá cambios, pero no se ganarán calles sufragadas por completo (las consideradas de ciudad). Para el resto, las aportaciones son del 50% entre ayuntamiento y comerciantes.

Ortega cuenta que a partir del próximo año se primarán otras actuaciones, confiando en que los propios comerciantes "se vayan sumando" a estas fórmulas. "No ampliaremos más calles iluminadas porque no queremos profundizar en este modelo", explica el comisionado. Se quieren incentivar actividades culturales que "liguen más el comercio en el territorio de forma más duradera". Por ejemplo, yincanas que den a conocer el comercio asociado y con participación vecinal.

Ayudas

La falta de ambiente navideño en algunas vías principales, llevó el pasado mandato a impulsar concursos de diseño para incentivar la creatividad, mejorar la calidad de la iluminación en la Gran Via y Aragó (el año pasado) y dar un empujón anticrisis. Tuvieron, como Balmes, financiación del 100% por la falta de estructura comercial organizada de ambas. Este año iba a suceder lo mismo con Muntaner y la Via Laietana, pero cuando ya había 53 propuestas, el nuevo gobierno cambió las reglas del juego. No habrá subvención completa para las dos vías, que tendrán que aspirar a las mismas ayudas que el resto y difícilmente ganarán la extensión prevista.

La concejala del PSC Montserrat Ballarín pidió ayer que se respete la ornamentación consensuada del último año, al igual que PP, Ciutadans, ERC, y Sònia Recasens (CiU), para quien Colau da marcha atrás en la dinamización comercial y de talento local.