El lado íntimo de los artistas

El «milagro catalán» de los 70. Un trabajo de «gente honesta, desinteresada y que consiguió reconstruir la cultura de un país». Con estas palabras se da conocer la exposición Toni Vidal retrata la cultura catalana dels setanta, que se puede visitar hasta el 12 de octubre en la Fundació Palau de Caldes d'Estrac.

La muestra no es una recopilación de las acciones y las obras de las personalidades culturales de la transición. Es algo que va más allá de eso. Personas que todavía no eran reconocidas. Artistas que pintaban, escribían o esculpían obras sin beneficiarse de ellas. Todos desconocían el importante papel que iban a tener en el futuro en la historia de la cultura catalana.

Personajes de la talla de Salvador Dalí, J.V. Foix, Jaume Fuster, Salvador Espriu, Mercè Rodoreda, Josep Pla y el mísmisimo Gabriel García Márquez. Fueron ellos los que comenzaron a construir, sin saberlo, un nuevo patrimonio cultural catalán tras la destrucción llevada a cabo por la dictadura franquista.

Toni Vidal se encargó de fotografiar esos instantes de «salvación» del arte. Nacido en Es Castells (Menorca, 1934), fue en el año 1968 cuando decidió instalarse en Barcelona, donde dedicó gran parte de su tiempo a inmortalizar a escritores, ensayistas, arquitectos y músicos en su intimidad. Mientras creaban o meditaban las obras que luego les harían pasar a la historia.

Cuatro décadas más tarde, la Fundació Palau brinda la ocasión de ver una selección de más de 100 fotografías, instantáneas de gran valor cultural que desvelan el lado más íntimo del arte.