Los decanos mundiales del pesebre despliegan su obra en Barcelona

Al abracadabrante pesebre que cada año instala el Ayuntamiento de Barcelona en la plaza de Sant Jaume le ha salido este año un durísimo competidor. La Associació de Pessebristes de Barcelona, que en su especialidad es la sociedad activa más antigua del mundo, ha conseguido este año que le cedan durante las fiestas de Navidad la esquina de esa misma plaza que durante años ocupó una oficina de Catalunya Caixa. Han instalado allí 12 dioramas con las más conocidas precuelas y secuelas del parto celestial ocurrido, según la tradición cristiana, hace 2015 años. No es una cuestión de devoción. Lo que muestran los miembros de esta asociación son 12 maquetas (si es que se puede utilizar esta expresión en esta disciplina) de formidable factura.

El título de asociación pesebrista más longeva del mundo es motivo de una irresuelta discusión que conviene aclarar. En Wenns, Austria, hay otra agrupación similar que presume de tener algún año más de edad, pero ningún documento lo acredita. Se agarran ahí a la tradición oral. La asociación local, en cambio, conserva un recorte de prensa del Diario de Barcelona de 1863. A falta de Un rey Salomón que dirima la disputa, Barcelona llega con sólidos argumentos al juicio.

El caso es que, por hache o por be, los aproximadamente 150 miembros de la asociación ofrecen este año un repertorio digno de visitar, incluso desde el más militante ateísmo. En la antigua oficina bancaria hay 12 piezas por visitar y, si es el caso, salar un poco el soso sabor de boca que puede deja el pesebre del ayuntamiento. Son piezas confeccionadas por profesionales de inigualable experiencia, como Agustí Termens, que comenzó con 12 años y tiene ahora 72.

Lo que hay en aquella esquina, no obstante, es solo la punta del iceberg de la actividad que este diciembre lleva a cabo la asociación. A unos 100 metros, un cortísimo paseo a pie, en el número 11 de la calle de Lledó, está la sede de esta sociedad belenista y, en los bajos, varias joyas sorprendentes. Albert Xavier Garrofé ofrece tres apuntes para disfrutar más esa inmersión en la cultura tradicional.

El primero es que una de las especialidades locales es el dominio de la perspectiva. “Con un par de palmos de superficie de trabajo se logran representar kilómetros de un paisaje imaginario”. Sabido esto, los pesebres se disfrutan más y mejor. El segundo es reparar en el juego de las sombras. Basta un punto de luz colocado estratégicamente para conseguir que las figuras proyecten unas sombras con aires de escena del expresionismo alemán.

FENOMENAL HUÍDA A EGIPTO

Lo tercero no es en realidad un apunte, sino una recomendación. Al fondo de la sala de exhibición de la calle de Lledó hay un pesebre inusual. Es la escena de la huída a Egipto que relata el evangelio de Mateo. Grandes artistas de la pintura han representado cientos de veces esa historia, pero tal y como la muestra los miembros de la Associació de Pesebristes de Barcelona, no. Una luz cenital ilumina a tres minúsculas figuras a punto de pasar a través de un monumental templo egipcio. Una delicia.

Ya puestos, y también a dos pasos de la plaza de Sant Jaume, es posible visitar otro trabajo de los miembros de esta agrupación. La federación que agrupa a todos los pesebristas de Catalunya ha tenido este año la idea de organizar un curioso work in progress de belenes, es decir, la posiblidad de que el público asista en directo a las labores de construcción de estas maquetas a lo largo de seis semanas.

Del taller de la asociación también ha salido este año el pesebre que se exhibe en la Sala Gótica del Palau de la Generalitat, un trabajo de Jordi Capella, con ayuda de Agustí García, y que recrea con una dimensiones realmente notables Castellfollit de la Roca. La característica silueta de esa población de la Garrotxa es ideal para el pesebrismo.

Garrofé, por último, invita a los aficionados que este año monten el belén en casa a fotografiarlo y colgar la imagen en el Faceebook de la asociación. Queda dicho.