mujeres que viven solas

CONSOL SAMPERE, 92 años: "Me gustaría ir a una fiesta en la que hubiera jaleo"

Consol Sampere, el viernes, en el comedor de su casa.

Consol Sampere, el viernes, en el comedor de su casa.

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De entrada, Consol Sampere, viuda desde hace dos décadas, sentencia que le gusta la Navidad. La prueba parece evidente al ver en el comedor de su vivienda de Sants, donde vive sola, un nacimiento. Transcurre la conversación y explica que es lo que se llevó del piso de su único hijo cuando falleció años atrás, con 48, poco después de que lo hiciera su marido. El belén lleva allí desde entonces. En el mismo sitio. «Son días tristes, épocas de recuerdos», afirma más tarde. «¿Sabe lo que hago en Navidad? Para no estar sola voy a comer al Bocatta, que siempre está abierto, y luego, si tengo ánimos, al cine». Mientras cuenta que sale cada día a la calle para hablar con la gente que conoce del barrio «de lo que sea, si no, no es bueno» (dice señalando la cabeza), insiste en enseñar una blusa rosa que se ha comprado: «Es para la comida de Navidad, vamos a un hotel muy elegante». Consol tiene 92 años y es usuaria de Avismón. Espera con una ilusión bárbara que llegue el martes, cuando la oenegé celebrará esta jornada especial. Aunque su día preferido, cuando vivía su marido, sin duda era Nochevieja. «Ahora es el peor. Me gustaría ir a una fiesta en la que hubiera jaleo». Lo dice sin dejar de sonreír.