Me siento orgulloso

25/02/1981. El presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio Pizarro, escribió este artículo de inequívoca defensa de la democracia tras el fallido intento de golpe de Estado del 23-F.

El Rey se dirige al paísla noche del 23-F.

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Una vez superados los momentos de intensa tensión que vivimos todos, superados felizmente los graves momentos que ha atravesado el país, relajado ya el espíritu, no puedo resistir la tentación de reflexionar en voz alta sobre los últimos acontecimientos. Nadie puede permanecer insensible, sobre todo quienes vivimos la pasión diaria de la noticia, a los sucesos que constituyen un auténtico aldabonazo en la conciencia colectiva.

Y desde la reflexión más profunda no puedo menos que admirar la soberbia lección de autoridad y democracia que nos ha dictado, con su actuación, don Juan Carlos de Borbón. Durante las dieciocho horas más largas de nuestra incipiente democracia, el Rey se ha convertido en el portavoz y defensor de la voluntad soberana del pueblo. No permitió la más mínima manipulación de lo elegido mayoritariamente a la hora de buscar una solución a la crisis. Ha merecido sobradamente la admiración desinteresada de todas las fuerzas políticas del país. No cabe duda de que somos muchos los que hemos sentido crecer todavía más el cariño que siempre profesamos a Su Majestad.

Como ciudadano de Catalunya, como catalán, me ha impresionado vivamente el sentido de la responsabilidad y el grado de confianza que ha sabido infundir a todos los ciudadanos de su país, e incluso del Estado español, las palabras del ayer todavía más honorable president de la Generalitat, Jordi Pujol. Fue la primera voz autorizada que inspiró confianza y tranquilizó a la opinión pública.

No puedo olvidar en estos momentos la gallarda actitud de los parlamentarios frente a la amenaza real de los golpistas, de un modo muy especial para el teniente general Gutiérrez Mellado, que hizo gala de una singular valentía y de la verdadera gallardía militar, y para Adolfo Suárez, que en el Congreso fue más presidente que nunca.

El capítulo de elogios puede extenderse a las organizaciones sindicales, a la CEOE, a la Policía y al Ejército, que permaneció fiel al Rey y garantizó el funcionamiento constitucional. Todas las fuerzas de seguridad han dado, por fin, muestras de un fuerte nivel de profesionalidad y de respeto al orden democráticamente establecido. Han sabido estar en el lugar que constitucionalmente les correspondía.

He dejado para el último lugar -y no por creer que sea el lugar que le corresponda- expresar mi admiración por el esfuerzo profesional que han realizado los hombres de la información. Es penoso que haya tenido que ser este triste suceso el que evidencie que los medios de comunicación, objetos en muchas ocasiones de vejaciones, insultos y peligros, considerados por algunos como culpables de todos los males que aquejan al país, son de los primeros en defender las instituciones democráticas y las libertades. Que sirva para recapacitar y cuando se haga balance no se les niegue la parte positiva a la libertad de expresión, y quede en su saldo la parte negativa que hay que superar hasta consolidar la democracia. La libertad siempre ha sido cara.

Hay que hacer mención especial de la cadena SER, cuyo despliegue informativo ha sido una auténtica tila para muchos ciudadanos en la larga y triste noche y del valiente editorial de El País, que, en el esfuerzo contra reloj, sacó en su primera edición de urgencia. Pero es injusto citar solamente algunos casos cuando el mérito principal ha sido de todos los profesionales.

En estos momentos, como presidente del consejo de administración del Grupo Zeta, me siento orgulloso de que las tareas de este grupo sean precisamente informativas. Es un orgullo legítimo y limpio que siento por los profesionales que componen dicho grupo y que podemos sentir todos los que en este país hemos luchado desde siempre por la libertad y la democracia.Antonio Asensio. Presidente del consejo de administración del Grupo Zeta.