POLÉMICA VISITA A CARACAS

González abandona Venezuela sin conseguir ver al opositor López

El expresidente del Gobierno español, Felipe González, se dirige a la prensa tras el encuentro con la Mesa de Unidad Democrática, el lunes, en Caracas.

El expresidente del Gobierno español, Felipe González, se dirige a la prensa tras el encuentro con la Mesa de Unidad Democrática, el lunes, en Caracas.

ÁNGEL BERMÚDEZ / CARACAS

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Dijo que no venía a Venezuela a enfrentarse con nadie y así lo ha demostrado. Solo 48 horas después de aterrizar en el aeropuerto de Maiquetía, el expresidente del Gobierno español, Felipe González, ha abandonó este martes el país ante la negativa del Gobierno de Nicolás Maduro de autorizarle a visitar al dirigente opositor Leopoldo López, preso desde hace más de un año en la cárcel de Ramo Verde, así como a acudir a la audiencia del juicio que se le sigue, prevista para este miércoles.

La prudencia ha sido la norma que ha guiado la visita de González. No es para menos. Con una severa crisis económica, jaleada por una inflación que supera los tres dígitos y una escasez propia de países en guerra, el Gobierno de Maduro se encuentra en una situación muy sensible ante la caída de sus niveles de apoyo, en torno al 20% en un año electoral en que el chavismo podría perder el férreo control institucional que mantiene desde el 2005.

En el otro lado está una oposición dividida en sus medios, aunque no en sus fines, a la que quizá no convenía alimentar los radicalismos, teniendo en cuenta que el propio López, así como el también encarcelado exalcalde de Táchira, Daniel Ceballos, realizan huelgas de hambre desde el 24 de mayo, mientras otros opositores presos han anunciado una próxima huelga de sed.

Después de numerosos gestos inamistosos que buscaban disuadirle de viajar al país, como una declaración de persona 'non grata' aprobada por la mayoría chavista en el Congreso y la advertencia desde el Gobierno de que no se le daría ningún tipo de protección durante su estancia, el oficialismo optó por tolerar la presencia de González aunque dejándole claro que no era bienvenido. Desde minutos antes de su aterrizaje en el país, el exmandatario español fue sometido a una fuerte campaña de descalificación orquestada por el chavismo a través de redes sociales y de los medios de comunicación del Estado.

LAS ENTREVISTAS

Pese a los obstáculos, González logró reunirse el domingo con los familiares y los abogados de Leopoldo López, quien está siendo juzgado como incitador de las 43 muertes ocurridas durante las protestas callejeras del 2014. También pudo entrevistarse con el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, acusado por el Gobierno de participar en una supuesta conspiración y que se encuentra bajo arresto domiciliario mientras se recupera de una intervención quirúrgica.

Tras el encuentro con Ledezma, González hizo un llamamiento al diálogo para solucionar los problemas del país, así como a recomponer y reconstruir las instituciones.

El lunes, el exmandatario español acudió a una reunión en la que participaron los 28 partidos que conforman la Mesa de Unidad Democrática, y afirmó su conformidad con las necesidades que, según la alianza opositora, existen de cara a la realización de las elecciones parlamentarias que deberían convocarse para finales de este año.

En una rueda de prensa posterior a ese encuentro, González recordó que cuando Hugo Chávez era presidente, ambos se reunieron a dialogar -pese a sus diferentes puntos de vista- en tres ocasiones. «En una oportunidad conversamos por un lapso de cinco horas temas muy interesantes», apuntó.

En la tarde de ayer, el exmandatario español se reunió en privado con el político y periodista venezolano Teodoro Petkoff, editor del diario 'Tal Cual', a quien le fue otorgado este año el Premio Ortega y Gasset de Periodismo por su trayectoria. Petkoff, de 83 años de edad, no pudo viajar a Madrid a recibir el galardón no solo por razones de salud sino porque además está sujeto a una prohibición de salida del país por una demanda judicial en su contra del número 2 del chavismo, Diosdado Cabello. En su lugar, González recibió el reconocimiento que ahora ha dejado en manos de su verdadero destinatario.