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El hiyab en Catalunya

Una mujer musulmana pasa junto a una tienda de venta de pañuelos islámicos en Bruselas.

Una mujer musulmana pasa junto a una tienda de venta de pañuelos islámicos en Bruselas. / REUTERS / FRANCOIS LENOIR

El 8 de marzo se ha celebrado el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en el que se alza la bandera de la lucha de la mujer para conseguir mejores condiciones laborales, igualdad de género y el pleno ejercicio de nuestros derechos. 

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Esta lucha es mucho más complicada cuando eres musulmana. Y mucho más si en tu atuendo habitual utilizas el hiyab. Nosotras, mujeres musulmanas, estudiantes, trabajadoras y sobre todo libres, estamos hartas de justificarnos, de dar explicaciones y de exculparnos por pertener a una cultura y una religión determinadas, que aunque se consideren unidas conviven perfectamente una sin la otra. 

La cuestión es que en esta lucha por nuestros derechos no queremos renunciar a algo que nos identifica, algo que pertenece a nuestra identidad. Queremos ser titulares de la libertad por la que tanto se lucha, queremos tener el derecho a trabajar libremente sin que se nos juzgue por nuestro hiyab. 

Es realmente duro que estemos en el punto de mira constantemente, que nos desvaloricen y humillen por llevar un velo. Que nos crean sumisas y sin voz, que nos crean denigrantes, objeto y propiedad de alguien. 

Somos la nueva generación de mujeres musulmanas en Catalunya, y pensamos luchar por nuestros derechos. Demostrar que tenemos voz y criterio propio sin que nos arrebaten lo que por libertad hemos querido llevar. 

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