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El importante papel de la oposición en la próxima legislatura

Ana Pastor entrega su voto durante la sesión constitutiva de las Cortes Generales. 

Ana Pastor entrega su voto durante la sesión constitutiva de las Cortes Generales.  / EFE / J. J. GUILLÉN

Jesús Pichel

Vamos camino de otra legislatura con gobierno del Partido Popular. Sea por la abstención de parte o de todo el grupo parlamentario del PSOE o por una nueva victoria en unas terceras elecciones (menos probables hoy), y sea para una legislatura larga de cuatro años, o para una corta de uno o dos años, parece que Rajoy podrá por fin formar gobierno, tras tantos meses en funciones.

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Es cierto que ya no podrá legislar y gobernar con la soberbia con que lo hizo mientras estuvo protegido por la mayoría absoluta, y como ha dicho el propio Rajoy tendrá que ganarse la estabilidad "día a día", votación a votación, negociando y cediendo. Pero sería ingenuo pensar que las dos almas del PP, la ultraconservadora y la neoliberal, van a retirarse a sus cuarteles de invierno. Si acaso, se travestirán de "reformistas", pero no más.

Unos, los conservadores, seguirán intentando que las leyes se ajusten a su moral nacionalcatólica de España e intentarán impedir cualquier iniciativa que rebase los límites de una nación única y clerical. Los otros, los neoliberales, seguirán en su empeño de empequeñecer el papel social del Estado desregularizando aún más los mercados y privatizando los servicios útiles para hacer negocio.

Significa esto que el papel de la oposición va a ser especialmente importante en esta próxima legislatura. Y malo será que PSOE y Unidos Podemos estén más atentos a quién gana la hegemonía de la oposición que a impedir que el Gobierno del PP gobierne a sus anchas. Tan malo como que el PSOE baile al son del Gobierno.

Las urgencias sociales (la pobreza, el paro, la precariedad laboral...), las relaciones con nuestros socios/acreedores europeos (mayoritariamente neoliberales) y el reto secesionista del Parlament y el Govern de Catalunya son los tres problemas fundamentales a los que deberían dar una respuesta común los grupos parlamentarios de izquierda.

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