DESCONCIERTO EN EL MOTOR DE EUROPA

Semana 'horribilis' en Alemania

Los aprietos en VW y otro tropiezo del Deutsche Bank en sus cuentas golpean a la gran potencia europea

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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No hace tanto tiempo Alemania era el indudable motor económico de Europa, un fábrica sin fisuras  y que funcionaba bajo un impoluto rigor germánico. Ahora todo eso parece haber quedado en nada. Berlín ha vivido su semana horribilis, una de las más duras que se recuerdan para las finanzas de un país que se ha visto cuestionado por el escándalo de Volkswagen, que manipuló vehículos para pasar controles medioambientales.

Más allá del durísimo impacto a su reputación que ha supuesto el fraude mundial de VW, la economía alemana ha vivido otros episodios que no invitan precisamente al optimismo. El jueves, el Deutsche Bank, el primer banco privado de Alemania, anunció pérdidas de 6.200 millones de euros, las peores datos de su historia en un solo trimestre. El gigante de Fránkfurt, que ha pagado dividendos a sus accionistas desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y que resistió la crudeza de la crisis del 2008, podría estar abocado a no retribuir a sus accionistas el año que viene.

El anuncio de las históricas pérdidas del Deutsche Bank han hecho que la compañía se deprecie en la bolsa, pero las peores consecuencias las asumirán los trabajadores. Para levantar cabeza se proponen empezar con drásticos recortes de personal. La venta del negocio minorista de Postbank ya supuso el despido de 15.000 empleados,  y ahora se especula con que se sumen 10.000 nóminas más a la lista de gente que se quedará sin trabajo. Y también los despidos planean sobre VW.

En su caso los recortes de personal golpearían fundamentalmente a Wolfsburgo, corazón del imperio automovilístico que depende absolutamente de la compañía.

Menos exportaciones

Por si no fuera poco, los datos macroeconómicos de agosto propinaron otro duro revés a Alemania. Las exportaciones se hundieron un 5,2%, la caída más acentuada desde el impacto de la crisis en enero del 2009. Se debe principalmente a la desaceleración económicaien los mercados emergentes y podría verse aún más mermado por el escándalo de Volkswagen. La industria del automóvil representa un 20% de las exportaciones alemanas,  y entre ellas, la compañía presidida por Matthias Müller es, por sí sola, el tercer exportador mundial.

Aunque las perspectivas siguen apuntando a un crecimiento del 1,8%del PIB alemán el próximo año, esta semana se ha comprobado de nuevo que la rigidez y la eficiencia alemanas también tienen grietas. Veremos si son suficientemente profundas como para provocar un tsunami económico que inunde a la fábrica de Europa.