La oposición a la reforma laboral pasa al frente sindical

A partir de ya las empresas podrán alegar la posibilidad de pérdidas futuras para despedir más barato a los trabajadores (con 20 días de indemnización). Esta es una de las novedades más llamativas que se han incorporado a la reforma laboral durante su tramitación parlamentaria, que ayer culminó en el Congreso de los Diputados. El decreto de reforma laboral entró en vigor el 16 de junio. Las 70 modificaciones incorporadas en los dos meses de tramitación lo harán en cuanto el decreto se publique en el BOE, en unos días.

Es el caso de la nueva definición de las causas económicas para justificar un expediente de regulación de empleo. A partir de ahora se entenderá que existe una «situación económica negativa» en casos «como la existencia de pérdidas actuales o previstas, o la disminución persistente de su nivel de ingresos». Modificaciones del Estatuto de los Trabajadores como ésta justifican, desde el punto de vista sindical, la huelga general del día 29. Para calentar motores, UGT y CCOO reunieron ayer a más 16.000 delegados de todo el país en un macroacto que empezó y acabó al grito de «Zapatero, dimisión».

No por casualidad, todo esto sucedía al mismo tiempo en que el Congreso votaba la reforma laboral. El abaratamiento del despido y lo que se interpreta como una mayor facultad de los empresarios para modificar las condiciones laborales (salario, jornada, y movilidad geográfica) es lo que más enerva a los sindicatos. Eso sin contar con lo que viene: la reforma de las pensiones y de la protección por desempleo. Sin embargo, a 20 días de la huelga, la actitud de los trabajadores aún es tibia. En Catalunya, la movilización avanza de forma desigual según el sector.

TRANSPORTE

Todo dependerá de los servicios mínimos

Los comités de empresa de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) y Renfe han dado ya su apoyo a la convocatoria de huelga general y todo apunta a que en Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) sucederá algo similar. Pero, en el caso del transporte público, la incidencia del paro sobre los usuarios dependerá de los servicios mínimos que dicte la Conselleria de Treball o el Ministerio de Fomento. Los usuarios de metro, autobuses y trenes tendrán ese día servicio aunque nadie sabe todavía en qué franja horaria y con qué frecuencia, con lo que las aglomeraciones están garantizadas. CRISTINA BUESA

SANIDAD

Los sindicatos médicos no convocan

La huelga en el sector sanitario público de Catalunya tendrá escasa repercusión sobre los ciudadanos, a juzgar por la ambigua posición de los dos sindicatos mayoritarios en el sector, Metges de Catalunya (MC) y SATSE, en el caso de la enfermería. No convocan la movilización, pero dejan a criterio de sus afiliados secundar o no la huelga. CCOO, que sí es convocante, prevé un amplio seguimiento en hospitales y centros de asistencia primaria (CAP), como consecuencia del «mal ambiente» tras el recorte salarial. La fijación de servicios mínimos puede diluir la protesta final. ANGELS GALLARDO

GRANDES EMPRESAS

«Ya se respira aire de huelga»

En Seat y Nissan, el ambiente de prehuelga es evidente. «Hemos preparado actos y repartido información tanto en la empresa como en las subcontratadas», explican en el comité de empresa de Nissan. «Estamos seguros de que la huelga va a ser un éxito, ya que los trabajadores se están dando cuenta de que pierden sus derechos», añaden las mismas fuentes. En Seat la consigna también es clara: «Vamos a ir todos a la huelga», explica Matías Carnero, presidente del comité de empresa. «El martes celebraremos una gran asamblea en La Farga, para delegados y trabajadores, donde estarán presentes tanto Josep Maria Àlvarez como Joan Carles Gallego», añade. Según Carnero, en la Zona Franca «se respira aire de huelga», ya que la reforma afecta «a todos, los empleados pero también los desempleados». J. M. BERENGUERAS

EDUCACIÓN

Descontento en la enseñanza pública

La actitud beligerante de los sindicatos docentes de UGT, CCOO y USTEC-STES es reflejo del creciente grado de malestar que se respira entre un sector importante de los enseñantes, contrarios a la gestión del conseller Ernest Maragall al frente de la política educativa catalana. Tal descontento augura que, al menos en la enseñanza pública, la intención de sumarse a la huelga general cuenta con un apreciable número de adeptos. El recorte de los salarios, además, ha terminado por caldear aún más el ambiente entre los docentes. Los sindicatos esperan que estas circunstancias convenzan a los indecisos de la necesidad de proyectar su protesta al exterior. JORDI CASABELLA