JOSEP MARIA GONZALVO (FIGUERES). EL DESPACHO

«Cuando me querían echar, él se cuadró y dijo: '¡Ni hablar!'»

Gonzalvo, con el Figueres.

Gonzalvo, con el Figueres.

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«A Tito lo conocía de mi etapa en el Barça B. Era mi último año en aquel equipo, con Puyol, Xavi, Gabri, Luis García, que subió a Segunda A en el Bernabéu. Él justo acababa de llegar al club para dirigir al cadete. Casi cada día se pasaba por el Mini para ver nuestros entrenamientos y, al final, comentábamos cosas del fútbol, estableciendo una relación muy buena. Luego, cuando Tito fue director deportivo del Figueres, pensó en mí. Yo estaba entonces en el Reus y me dijo que quería hacer un proyecto bueno con gente de la casa que jugara a fútbol. Y, claro, me entusiasmó, viniendo de él. Ya lo he dicho muchas veces, por activa y por pasiva. Con la persona con la que he trabajado más a gusto en el fútbol ha sido con Tito. Teníamos una sintonía total. Hicimos juntos la plantilla, aunque tuvimos discrepancias.

Me acuerdo de un jugador -no me pida el nombre, por favor- que él quería traer al equipo. Y lo argumentó. 'Estamos haciendo un medio campo muy tocador, no hay nadie que meta el pie'. De buen rollo, pero impuso su criterio. Hicimos una plantilla con el 90% de catalanes, con jugadores de aquí, disfrutamos muchísimo, me ayudaba en todo, hasta me preparaba los vídeos de los rivales,peliculitas de cinco o seis minutos estupendos. Esos estudios científicos de los rivales nos dieron muchísimos puntos. En diciembre se encadenaron dos o tres malos resultados y la directiva se puso nerviosa. Era cuando me querían echar, pero él se cuadró y dijo: '¡ni hablar!'. Acabamos séptimos, el mejor equipo catalán del grupo de Segunda B».