PROMESA DE ZAPATERO

De la "deportación" a la muestra de federalismo

JOSEP M. BERENGUERAS

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La inauguración ayer de la nueva sede de la CMT en Barcelona pone punto a final a un conflicto político y laboral que comenzó oficialmente el 30 de diciembre del 2004, cuando el Consejo de Ministros aprobó el traslado de la sede del organismo de Madrid a Barcelona. Una de las propuestas electorales de José Luis Rodríguez Zapatero (ganó las elecciones en el 2004) era la descentralización de algunos organismos, entre ellos los reguladores. Y su gran apuesta fue la CMT.

Sin embargo, el Ejecutivo se encontró con un duro rival: la propia CMT se oponía al traslado, e incluso el entonces presidente del regulador, Carlos Bustelo -nombrado por el anterior Gobierno del PP en el 2002-, lo calificó de «deportación». Poco después, el regulador desafiaba al Gobierno aprobando la apertura de una oficina en Barcelona, pero manteniendo la sede en Madrid.

El Gobierno hizo caso omiso de las quejas de la CMT y de la oposición, entendiendo que tenía poder de decisión en lo que se refiere a la organización del regulador (no en sus decisiones), y Bustelo acabó presentando la dimisión el 9 de marzo del 2005 «ante las dificultades opuestas para llevar a cabo el complejo y delicado proceso de trasladar la sede de la comisión a Barcelona».

PACTO CON LOS TRABAJADORES / El 26 de abril del mismo año el ministro Montilla designaba a Reinaldo Rodríguez nuevo presidente del regulador. Faltaba el pacto con los trabajadores, que llegó en julio: incentivos para los que se trasladaran a Barcelona y recolocación en otros organismos públicos de los que renunciaran. Pese a que incluso la Comisión Europea criticó la decisión, a finales del 2005 comenzó el traslado provisional a la torre Mapfre.

«El Estado no se debilita cuando decide ubicar la sede de un ente regulador fuera de la capital; al contrario, se fortalece, y contribuye a la construcción de un proyecto común para España. Nadie, ni los más conservadores, se atreverían a decir que Alemania es un Estado débil», aseguró ayer el actual ministro de Industria, Miguel Sebastián. El ahorapresidentMontilla afirmó que «el Estado no se debilita sino que se fortalece cuando un organismo estatal va a parar a una comunidad autónoma», y la puso como ejemplo del Estado federal: «Es un modelo que he defendido y defenderé, convencido de que es el modelo que prefiguraba la Constitución de 1978». «Estamos aquí y nos vamos a quedar aquí, que no haya ninguna duda al respecto», señaló Rodríguez.