El pulso por la Liga / La situación de los dos grandes

La herida del clásico duele más

El Barça deslumbra en Málaga y el Bernabéu increpa a Mourinho pese a ganar al Athletic

Varios jugadores del Madrid se preocupan por Casillas tras recibir un golpe en el partido ante el Athletic.

Varios jugadores del Madrid se preocupan por Casillas tras recibir un golpe en el partido ante el Athletic.

DAVID TORRAS
BARCELONA

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Por suerte para el Madrid, el Barça solo pasa de vez en cuando por el Bernabéu y, así, va tirando en la Liga, peleando para guardar la distancia de cinco puntos por lo menos hasta llegar al Camp Nou. De ahí ya sabe que lo más normal es que no salga bien parado. En cuanto Messi se cruza en el camino, siempre lleva las de perder. En la Liga, en la Champions o, ahora, en la Copa. Para su desgracia, el miércoles volverá a ese escenario con el único título que ha conquistado Mourinho pendiendo de un hilo tras el 1-2, que ha convertido el vestuario blanco en un polvorín y ha dejado herido y partido en dos el Bernabéu. Anoche, por primera vez, hubo pitos al intocable Mou, que después salió desafiante ignorando esa reacción.

El Athletic de Bielsa quiere honrar también al balón, como el Barça, pero no le llega a tanto. Jugó con la valentía y la grandeza que Mou no tuvo frente al Barça, pero pese a adelantarse acabó sucumbiendo (4-1) ante una alineación marcada por el politiqueo y las renuncias. Mourinho dejó a Pepe en la grada no se sabe si de forma involuntaria y puso más peloteros que nunca. El árbitro Meteo Lahoz, el amigo del técnico, estuvo a la altura, cultivando ese bonito idilio. Los penaltis que le birló al pobre Mirandés días atrás se los regaló a quien le piropea. Si la caída de Kaká en la pena que supuso el 2-1 es sancionable, a Messi le deben una decena de penas máximas. Aquí, el Madrid es inalcanzable: nueve penaltis a favor y ninguno en contra.

TRIPLE DE MESSI / Claro que Messi no necesita ese tipo de ayudas. Le basta y le sobra con que le den un buen balón y si no, se lo hace todo él. Solo falta que aparezca alguien buscándole las cosquillas como Pelé. O los tobillos. Entonces, se hace todavía más grande, que ya es difícil, porque el orgullo y el amor propio están a la altura de su zurda. Fue un discurso imponente, otro más, digno de recordar, de aprenderse de memoria y revivirlo junto a tantos otros que ha ido dejando en su camino hacia la leyenda, que ya es y que nadie sabe hasta dónde llegará, empeñado como está en ir devorando mitos y en ser Maradona cada 10 minutos.

Messi lo acapara todo, pero detrás de esos tres goles, de ese otro triple y otro balón que llevarse a casa, el Barça dejó una actuación estelar, la mejor junto a la del Bernabéu fuera de casa, apagando el runrún que le acompaña cuando se aleja del Camp Nou, justificado por cuatro empates (Real Sociedad, Valencia, Athletic y Espanyol) y una derrota (Getafe). Una exhibición de fútbol pese a la ausencia de piezas de peso (Puyol, Xavi y Cesc) que no faltarán el miércoles ante el Madrid.

El Madrid sigue por delante en la Liga, pero el Barça le ha dejado malherido por dentro. Mourinho ha perdido la condición de intocable. El Bernabéu ya no le rie las gracias. Una ruptura que puede agravarse el miércoles si se queda fuera de la Copa y pierde el primer título de vista. Mou dice que entiende pero no escucha al madridismo. Pero anoche los pitos sí los escuchó.