Daniel Sancho y su peculiar actitud en el juicio, analizada por una psicóloga

El juicio de Daniel Sancho continúa acaparando todas las miradas. A fecha de hoy, ya se han desarrollado ocho sesiones en las que el juez ha ido escuchando las versiones de los hechos de los testigos aportados por la Fiscalía. Lo más llamativo de estos encuentros, ha sido la actitud que ha tenido Daniel Sancho teniendo que ser llamado la atención en más de una ocasión. 

Recordemos que el hijo de Rodolfo Sancho se enfrenta a una posible pena de muerte o, en el mejor de los casos, una cadena perpetua si se demuestra que existió premeditación en el asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta ocurrido el pasado verano. Según ha dado a conocer 'El mundo', el acusado habría "montado un show" durante su paso por los tribunales.

"Se levanta, arrastra las cadenas y empieza a hacer preguntas. Tiene una actitud desafiante y el ambiente allí era muy denso. Parece que vive en un mundo paralelo que no tiene límites", asegura el citado medio. Dicho comportamiento ha sido analizado por la psicóloga Alejandra Muñoz en la revista Lecturas.

La experta ha dado con una posible clave de estas actitudes: "Ante una situación de estrés, se activa el sistema nervioso simpático y hormonas como el cortisol. Estas son las responsables de que vivamos estados emocionales de una manera intensa", empieza explicando.

Según la psicóloga, estas reacciones supondrían "un proceso natural" que podría tener otras consecuencias que solo el acusado podría conocer. "Pueden verse involucrados todos los procesos naturales y biológicos de nuestro cuerpo provocando la alteración del sueño con problemas de insomnio, cambios anímicos bruscos, problemas atencionales y de memoria, dificultad para tomar decisiones o cambios en el apetito", hizo saber a los lectores del citado medio.

Además de la fuerte exposición mediática de la que es consciente, se estaría sumando el paso del tiempo desde el pasado mes de agosto cuando ingresó en prisión. Sobre esto, Alejandra Muñoz también tiene una respuesta clara: "El refrán dice: ‘La espera, desespera’. No solo por lo alargado en el tiempo sino también por los entresijos, las emociones como el miedo y la incertidumbre se pueden acrecentar. Un estado continuado de miedo puede generar consecuencias en el sistema nervioso provocando que el sistema de alerta esté en modo de hipervigilancia", asegura en la revista Lecturas.