Entrevista YOTELE

Carlos Sobera se pone al frente del nuevo 'El precio justo': "Echo de menos que haya gente más corriente en los concursos"

Hablamos con el presentador sobre la nueva etapa del mítico concurso, que regresa a nuestro país de la mano de Telecinco, entre otros temas

Carlos Sobera, presentador de la nueva etapa de 'El precio justo'

Carlos Sobera, presentador de la nueva etapa de 'El precio justo' / TELECINCO

Redacción Yotele

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'El precio justo' regresa este lunes a nuestro país de la mano de Carlos Sobera. Después de casi 33 años de su estreno en TVE con Joaquín Prat, el presentador se pone al frente de la nueva etapa en Telecinco del mítico formato, en el que los concursantes han de aproximarse todo lo posible, sin pasarse, al precio de uno o varios artículos para ir acumulando premios e ir superando etapas para intentar hacerse con el gran escaparate final. YOTELE habla con Carlos Sobera sobre la vuelta de 'El precio justo' a España, entre otros muchos asuntos.

A lo largo de tu carrera televisiva, has presentado más de 20 concursos en diferentes cadenas. Ahora, te pones al frente de 'El precio justo', uno de los míticos de la historia de la televisión española y mundial. ¿Qué supone para ti este nuevo reto?

Para mí es un honor presentar un concurso mítico que ha dejado un muy buen recuerdo con Joaquín Prat. Me parece una maravilla. Estoy súper encantado. Me parece un reto muy interesante y entretenido.

Después de muchos años sin estar presente en la televisión de nuestro país, ¿qué novedades traerá esta nueva etapa de 'El precio justo' en Telecinco?

Por un lado, tiene un plató muy digital y moderno, pero creo que nos trae de nuevo la esencia de 'El precio justo' de siempre con los juegos vintage de toda la vida en los que lo importante es la presencia de un presentador y de un concursante que está jugando y pasándoselo bien, haciendo participar a su vez al público desde sus casas.

Por el momento, habéis grabado tres entregas pero, ¿cómo está siendo la experiencia?

Está siendo maravillosa. Me estoy sintiendo muy bien en el plató. Estamos consiguiendo una atmósfera de fiesta y diversión sana muy buena desde el equipo y los concursantes se han integrando perfectamente en el programa. Está siendo dinámico, rápido y divertido. Nos lo estamos pasando muy bien.La verdad es que no se puede tener mejores palabras para juzgar la experiencia.

Además, también harás tándem con Luis Larrodera, que será la 'voz en off' de esta etapa del concurso. ¿Cómo os compagináis en plató?

Estupendamente. Él es más 'voz en on' porque se le ve cada vez que presenta los escaparates y los productos. Además, doy juego a todo el mundo en el programa. Mantengo relación con Luis y con los azafatos, les doy conversación y les hago participar en el concurso. La relación es muy fluida, natural y nada forzada. La verdad es que hemos hecho un buen equipo desde el principio.

¿Se te da bien intuir y adivinar los precios de los premios?

No. Me he dado cuenta que soy malísimo para adivinarlos. Soy incapaz de averiguar cuánto vale el perejil o un coche de última generación. Me caracterizo porque no domino ningún segmento del mercado. De hecho, me asombra la capacidad que tienen muchos para acercarse o dar con el precio justo. De hecho, hemos tenido varios casos de dar la cifra exacta y me he quedado ojiplático.

¿Vas a utilizar el mítico gesto y el grito de 'A jugar' en esta etapa?

Sí, en todos programas. Lo hago con los concursantes con los que empezamos. Les presento yo y les recibo así.

En la rueda de prensa, aseguraste que 'El precio justo' es un formato que democratizaba el mundo de los concursos.

Sí. La tesis que mantengo es que hemos complicado tanto el mundo de los quiz shows que ahora para presentarte a uno necesitas prácticamente dos carreras y un máster. Lo bueno que tiene 'El precio justo' es que permite jugar a todo el mundo porque lo único que debes de tener son valores como la intuición, el sentido común y el criterio, además de la fortuna, para ganar. No requiere una preparación especial, algo que está pasando mucho ahora. Se han endurecido las exigencias.

¿Crees que se ha profesionalizado los perfiles de los concursantes? ¿Se echa de menos que haya gente más corriente en los concursos?

Yo la echo de menos. De repente, los concurso se han llenado de personas que están toda la vida concursando y que llevaban muchos meses o años consecutivos contestando a sus preguntas. Se echa de menos un perfil más sencillo de participante. Alguien más de a pie de calle. Lo bueno de 'El precio justo' que alguien puede entrar por la puerta directamente de la calle, y esto no es tan fácil en otros formatos del género.

Además de 'El precio justo' y tus proyectos teatrales, televisivamente, también estás inmerso en 'First Dates' y en la conducción de 'Supervivientes: tierra de nadie'. ¿Cuál es el truco para compaginarlo todo?

Hay que ser de Bilbao para hacer esto. No es fácil. (risas) Con disciplina. Al final, te organizas y hablas con los equipos. Afortunadamente, no se solapan en el tiempo, aunque 'First dates' y 'El precio justo' sí. Los días que toca ir a 'EPJ' no voy a 'FD', aunque ya estamos acabando las grabaciones de la temporada. Ya hemos dejado grabado todo hasta septiembre, por lo que poco va distorsionar el calendario.

'First Dates' es uno de tus últimos éxitos en la tele. Lleváis casi cinco años ayudando a muchas personas a encontrar el amor en Cuatro. ¿Cuál crees que es el secreto del éxito del formato?

Es el casting. Siempre lo he tenido claro. Es el trabajo inmenso que hacen redactores y guionistas por encontrar personas peculiares, trasparentes y verdaderas que llegan al restaurantes y dan lo mejor de sí mismos. Al final, todos nos quedamos pegados a la pantalla por los personajes que pasan por el restaurante, que son maravillosos. No son artificiales, son la misma vida. Están en la calle. El mérito es localizarlos y traerles aquí.

¿Te sigues sorprendiendo con su casting?

Yo sigo quedándome sorprendido porque yo tengo el primer contacto con las personas que vienen nada más cruzar la puerta. No sé nada antes de ellos y de sus vidas, ya que les recibo a puerta gayola. Llevo cinco años en los que sigo preguntándome dónde el equipos la buscan a esta gente, pero la encuentran. Personajes maravillosas que cuentan historias muy bonitas de amor y que están muy predispuestas a enamorarse y darlo todo.

Este jueves, 'Supervivientes' regresará a Telecinco. De hecho, volverás a presentar la gala 'Tierra de nadie'. ¿Qué te parece el casting de este año?

A mí me gusta mucho. Espero mucho de esta edición. Me parece un casting muy compensado con diferentes perfiles, algunos de ellos muy atractivos para los espectadores, que van a tener ganas de verles en situaciones como las que hay en 'Supervivientes', en la que se enfrentan a pruebas de supervivencia y convivencia. Creo que está muy bien como siempre porque Bulldog (la productora del reality) lo gestiona de maravilla.

La situación con la pandemia es delicada en cuanto al tema de viajes pero, ¿te gustaría intercambiarte los papeles con Lara Álvarez y presentar desde Honduras?

No, no. Me iría a Honduras para presentar al lado de Lara. Nada de intercambiar. La verdad es que apetece mucho ir a la isla, sentirla e, incluso, padecerla, porque se sufre un poco también ahí.

¿Y ser participante?

Me parece que sería una experiencia maravillosa, aunque también te digo que no me fío mucho de mí. No sé yo si sería un buen superviviente, pero como experiencia es una de esas pocas que no se pueden pagar con dinero. Solo la puedes vivir teniendo el privilegio de ser un concursante de 'Supervivientes'

Además de tus múltiples proyectos televisivos, también estás en el Teatro Reina Victoria de Madrid con 'Asesinos todos', obra escrita por Jordi Sánchez ('La que se avecina') y Pep Anton Gómez. ¿Cómo ha sido volver a los escenarios en una época marcada por esta pandemia?

Ha sido duro, pero teníamos la sensación de que había que arriesgar. Llevamos mucho tiempo completamente parados en el sector y sin ánimos y decidimos que este era el momento de demostrar con el ejemplo que se podían cambiar las cosas. El teatro es muy seguro y sus medidas de seguridad son extraordinarias, además de que no se conoce ningún caso de contagio. El público ha ido recuperando poco a poco la costumbre de acudir a las salas y ahora estamos contentos con la asistencia y la recaudación. A pesar de la dureza del momento, había que hacerlo porque si no era dejarse llevar un poco por la tragedia y el drama, sucumbiendo finalmente de manera incluso tonta. Hay que resistir y luchar hasta el final.

Como profesional vinculado al teatro, ¿cómo has vivido estos meses? ¿Han sido duros?

Han sido durísimos para todo el mundo. Para actores, directores, técnicos y demás personas relacionadas con el sector ha sido brutal porque los escenarios han permanecido cerrados desde marzo hasta bien entrado el mes de noviembre. Hay aún teatros que permanecen cerrados y luego el campo de los conciertos ha recibido golpe muy fuerte. Anímicamente y económicamente, todos tardaremos en recuperarnos, pero hay que empezar a hacerlo y en algún momento recuperaremos la normalidad.

Es cierto que tienes muchos proyectos pero, ¿te gustaría tener algún papel en cualquiera de las series de Mediaset?

Como haga eso también, Mediaset va a tener que ponerme un despacho en sus oficinas con tantos programas y series (risas). Sí, pero algún día llegará. La vida es larga y las oportunidades son muchas. De momento, estoy muy contento y tranquilo haciendo lo que hago. Me siento muy realizado, algo que es muy difícil en televisión, y, para colmo, complemento mi ambición de ser actor arriesgando como productor y haciendo teatro, que es la madre de los actores. Estoy en un momento que, sinceramente, mejor no puedo estar.

¿Qué crees que es más difícil? ¿Acertar con la cifra exacta del escaparate final de 'El precio justo' o encontrar el amor en 'First Dates'?

Es más difícil encontrar el amor en 'First Dates' como también lo es encontrarlo en la vida en general. Una vez que lo encuentras, el amor te dura mucho tiempo e, incluso, toda la vida, y el escaparate, por muy bueno que sea, llega un momento en el que se agota.