La primera piedra para el instituto-escuela de Viladecans esperanza a las familias tras 15 años en barracones

Todavía quedan pendientes muchos trámites burocráticos, además de la ejecución de las obras, pero el tan reclamado instituto-escuela de Viladecans (Baix Llobregat) empieza a vislumbrar su futuro. La Generalitat de Catalunya ha licitado recientemente la redacción del proyecto ejecutivo que, en unos meses, debe ser la base sobre la que salgan también a concurso público las obras para realizar este equipamiento..

Es el primer paso para que esta infraestructura, exigida por la comunidad educativa de Viladecans, empiece a tomar forma después de años de promesas y dudas sobre la viabilidad del proyecto. “Es una buena noticia, acabamos de conseguir un reto importante”, explica Rubén de la Cruz, vicepresidente de la AFA de la escuela Mediterrània y presidente de la AFA del instituto Olímpia, dos equipamientos que llevan años en barracones y de cuya fusión surgirá el primer instituto-escuela de Viladecans.

Hay alumnos de Viladecans que ya han cursado toda la etapa educativa obligatoria sin conocer otro espacio que los barracones, que, en el caso de la Meditarrània, llevan ya 15 años instalados. El centro fue inaugurado en septiembre del año 2008 y, durante un curso y medio, estuvo ubicado en el barrio de la Montserratina, pero desde entonces ha estado situado en el parque de la Torre-Roja, al norte de la ciudad.

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Por su parte, Gisela Navarro, tercera teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Viladecans, explica como, al proyectar el nuevo barrio de Llevant, ahora en construcción, ya se incluyeron equipamientos como un tercer CAP en la ciudad o el que será el primer instituto-escuela de la ciudad. Sin embargo, aunque la escuela Mediterrània y el instituto Olímpia iniciaron su actividad, el barrio estuvo años sin desarrollarse debido a las consecuencias de la crisis económica de 2008 y a la paralización de los proyectos urbanísticos a lo largo del territorio.

La lucha para mantener el proyecto

“Al principio, solo estaba la escuela primaria y, entonces, más que lograr el proyecto de un instituto-escuela, la lucha era para lograr mantener el centro, que estaba en entredicho. Entre que el barrio estaba pendiente de construcción y la bajada de la natalidad, había una ‘minilucha’ con otros centros que se quejaban de que les quitaban líneas, mientras que había alumnos que seguían en barracones”, recuerda Navarro, quien dice que por parte del Ayuntamiento insistieron en la necesidad de la escuela porque contaban con un aumento de población tras el desarrollo de la zona de Llevant.

Rubén de la Cruz confiesa que, antes de que saliera la licitación del proyecto, ya estaban preparándose para volver a movilizarse en las calles para reclamar, de nuevo, el instituto-escuela. El responsable de las AFAs recuerda como, a lo largo de la última década, la escuela Mediterrània ha sorteado tres intentos de cierre. “En unas puertas abiertas llegaron a decir a las familias que iban a cerrar”, asevera de la Cruz.

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Con todo, las familias de la comunidad educativa de la escuela empiezan a celebrar ahora el fruto de tantos años de lucha y reivindicaciones. Para la AFA han sido años de asistencias a Plenos municipales, a Comisiones de Educación en el Parlament, de reuniones y compromisos no cumplidos, o como mínimo, no en los plazos previstos. Ahora, confían en que la cuenta atrás que por fin se ha puesto en marcha vaya superando las fases previstas hasta que se construya el instituto-escuela.

Uno de los proyectos más ambiciosos

Una vez la escuela y el instituto quedaron más consolidados, la siguiente lucha fue para que la Mediterrània y el Olímpia se vinculasen en un instituto-escuela, es decir, en un único centro con continuidad de los 3 a los 16 años y no en dos equipamientos separados -aunque ahora, de hecho, ya comparten terrenos-. 

No fue hasta 2020 cuando el entonces conseller de Educació, Josep Bargalló, acudió a Viladecans a dar el visto bueno a la construcción de un instituto-escuela en el que ya se planteó como uno de los proyectos más ambiciosos de la Generalitat en materia educativa. “La Generalitat siempre se había mostrado contraria”, comenta Gisela Navarro.

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Tras el ‘ok’ del Govern catalán, se inició un proceso participativo con implicación de la comunidad educativa de los centros para enviar propuestas a la Generalitat sobre cómo debía ser el nuevo espacio que relevase a los barracones, una fase que ya se demoró más de lo esperado. Aunque el ritmo del proyecto sigue “más o menos los plazos previstos”, la tercera teniente de alcalde de Viladecans comenta que el proceso se ha retrasado aproximadamente un curso. 

Con todo, tras tener ya un anteproyecto y licitar ahora el proyecto ejecutivo, el primer instituto-escuela de Viladecans ha puesto las primeras piedras burocráticas. Una vez se adjudique el contrato para desarrollar este proyecto ejecutivo, los pliegos de la licitación contemplan un plazo de unos diez meses para terminarlo. Tras ello, llegará el turno de sacar la licitación de las obras que, aunque todavía no hay calendarios oficiales sobre la mesa, deberían iniciarse en algún momento de 2025.

El futuro centro

La mencionada redacción del proyecto y posterior dirección de las obras irán destinados a la construcción de un nuevo equipamiento docente para un instituto-escuela de educación infantil, primaria y secundaria de dos líneas -con un total de 690 alumnos-, con un programa funcional para una nueva edificación de aproximadamente unos 4.690,00 m² y la adecuación de espacios de urbanización exterior por este centro educativo de aproximadamente unos 7.008,00 m².

Todo ello, según recoge la memoria justificativa de la licitación del proyecto ejecutivo, comporta una estimación presupuestaria inicial de 6.725.220 euros en lo que se refiere a la ejecución material de las obras, cifras que todavía deberán concretarse en los siguientes pasos administrativos.

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