'RED 2', más de lo mismo

Igual que su predecesora,Red 2basa su moderado atractivo no solo en la acumulación de tiroteos, explosiones y enredos sino sobre todo en trasladar a actores que bien podrían estar representando a Shakespeare -John Malkovich, Helen Mirren, Anthony Hopkins- al hábitat natural de Bruce Willis. De nuevo, un puñado de asesinos se pasean a bordo de un argumento que utiliza la confusión y la velocidad -y, ahora más que antes, la filosofía del cuanto más mejor: más cantidad de pólvora, más presupuesto en viajes de avión- para impedir que nos demos cuenta de lo ilógico que es todo, y se entregan a sucesivoscrescendosde destrucción separados por momentos de humor. En el proceso, nos dejan claro que nada debería tomarse demasiado en serio, especialmente los asesinatos, aunque la violencia resulte graciosa no por sí misma sino por lo que nos dice del nihilismo de los personajes.

El inconveniente de ese aire desenfadado es que, en última instancia, resulta difícil pretender que realmente hay algo en juego. Asimismo, entre la ligereza y la pereza hay solo un paso. Es cierto que los giros repetitivos y el descuido narrativo no eran obstáculos para disfrutar deRed(2010), pero esa cinta se alimentaba de la ironía consustancial a unos matones continuamente conscientes de su propia mortalidad. Agotada esa ironía al final de aquella película, ¿qué ofrece esta? Pasar el rato, apenas.