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Una persona con la mano llena de hormigas.

Una persona con la mano llena de hormigas. / Pexels / Daniel Fontes

Alba Aguilera

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El café es esa bebida casi ancestral que muchos necesitan como una droga para despertarse por las mañanas. Los más cafeteros gozan no solo del sabor, sino también de su singular aroma. Es por ello por lo que es habitual encontrar una cafetera que funciona con cápsulas monodosis en casi cualquier hogar, puesto que permite obtener ese líquido tan preciado de forma rápida y sencilla.

Algunas personas, sensibilizadas con el medio ambiente, están en contra de usar monodosis por el material que supone empaquetar el café en cápsulas individuales, pero hay fórmulas para reutilizarlas de forma original. Algunos las utilizan como semilleros para hacer un mini jardín en casa, otros para ordenar su escritorio o incluso para crear adornos decorativos como guirnaldas. En la 'era de Internet' la imaginación no tiene límites.

Pero, además de esos usos, hay uno que te será de gran utilidad con la llegada del buen tiempo: usar las cápsulas como insecticida para acabar con los molestos mosquitos y con las hormigas.

Café contra insectos

El café, aunque muy sabroso para muchos humanos, no es del agrado de diferentes insectos, entre ellos los mosquitos y las hormigas. Estos pequeños animales huyen de la cafeína porque, según estudios como el publicado por la Asociación Europea para el Control de los Mosquitos (Emca, por sus siglas en inglés), o uno anterior publicado en 2015, resulta tóxica para ellos. Pero esto no es todo: también evita que las hembras de algunas especies pongan grandes cantidades de huevos.

Es por ello por lo que las cápsulas de café usadas pueden ser perfectas para actuar contra estos molestos insectos. De hecho, se puede hacer un potente insecticida con ellas.

Dos cápsulas de café.

Dos cápsulas de café. / Pexels / Daniel Fontes

Con las cápsulas usadas

  1. El primer paso es dejar las cápsulas reposar hasta que se hayan secado completamente. Es importante asegurarse de que no hay rastro de la humedad para poder pasar al siguiente paso.
  2. Cuando se haya conseguido, se debe comprobar si la cápsula es o no de aluminio. En caso de que lo sea, ya es perfecta. Si, por contra, no lo es, deberá colocarse en una lata, plato o base de papel de aluminio.
  3. Una vez montado y asegurado en un lugar estable, el siguiente paso es prenderle fuego: se puede hacer con una cerilla o mechero, como si de un incieso se tratase.
  4. Una vez haya prendido, el humo hará el resto del trabajo. Será cuestión de minutos que el olor a café invada la habitación y los insectos no quieran acercarse.

También como pulverizador

También es recomendable crear este insecticida casero a modo de pulverizador. El procedimiento es como el de llevar a cabo una infusión, mezclando a partes iguales café y agua bien caliente, a lo que se le puede añadir (aunque no es obligatorio) un toque de vinagre. Este 'mejunje' es ideal para verter en un recipiente pulverizador y repartir el producto por terraza, balcón o ventanas para proteger tus plantas y entradas comunes a tu hogar.