Cuidado con el consumo excesivo de cafeína: tu cerebro, en peligro

Para muchos, el café es algo innegociable. Ya sea para mantenerse despierto de buena mañana o como hábito tras una comida, la popularidad de esta bebida se ha extendido por toda la sociedad occidental en los últimos años. Ahora, científicos alertan del peligro que un consumo excesivo de cafeína puede tener para nuestro cerebro.

Un informe realizado por el Centro de Investigación de Neuromodulación del hospital estadounidense de Butler y publicado por la revista 'Frontiers in Psychiatry' sugiere que el consumo habitual de esta sustancia contribuye a limitar la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad de aprendizaje y reconfiguración de dicho órgano.

¿Cuántos cafés puedo tomar al día?

Plasticidad cerebral

Contrariamente a lo que afirman muchas investigaciones anteriores, que defienden que más que limitar el café promueve estos procesos, este trabajo se centra en el impacto de la cafeína en el fortalecimiento de conexiones neuronales mediante lo que se conoce como LTP (potenciación a largo plazo). Los investigadores sostienen que los efectos de esta bebida, conocida por bloquear la adenosina (base nitrogenada vinculada a la regulación del sueño), sobre el mencionado proceso son más marcados en sujetos que no consumen o lo hacen en pequeñas cantidades en comparación a aquellos individuos que toman entre uno y cinco productos con cafeína al día.

Para demostrarlo, los autores de la investigación utilizaron estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS) con la que simularon una disposición cerebral al aprendizaje en 20 sujetos. Pese a tratarse de una muestra limitada, cabe destacar que los resultados demostraron impulsos eléctricos, indicadores en LTP, más altos en el caso de los sujetos que no consumían cafeína.

Limitaciones

La hipótesis de los científicos sostiene que esto podría deberse a un efecto contrario al deseado en el cerebro por la estimulación regular mediante el consumo de cafeína. Con todo, este es solo un trabajo piloto con algunas limitaciones –además de la pequeña muestra, las cantidades de cafeína consumida por los participantes era autoinformada– que, pese a requerir mayor profundidad, abre las puertas al estudio dentro del campo de la plasticidad neuronal y su relación con sustancias estimulantes.