Cómo limpiar un sofá de piel

Aspirar el sofá

Antes de empezar a limpiar el sofá de piel, es conveniente quitarle cualquier suciedad o escombros que puedan estar en la superficie. Para ello, hay que usar una aspiradora con un accesorio suave para aspirar toda la superficie del sofá. Conviene asegurarse de que se pasa por todas las áreas difíciles de alcanzar, como los pliegues y las costuras.

Limpiar un área pequeña

Antes de aplicar cualquier producto de limpieza en todo el sofá, es recomendable probar en una pequeña área no visible para asegurarse de que el producto elegido para limpiarlo no daña la piel. Para ello, basta con aplica una pequeña cantidad de producto en un área discreta, como debajo del cojín o en la parte posterior del sofá, y espera unos minutos para ver si hay alguna reacción negativa. Si no hay ninguna reacción, puedes proceder a limpiar el resto del sofá. También conviene cerciorarse de que el método elegido no es demasiado agresivo: es decir, si se da con un cepillo de púas, por poner solo un ejemplo, o hay que usar mejor una bayeta o estropajo.

Limpiar las manchas

Si el sofá de piel tiene manchas, se puede usar un limpiador específico para piel para eliminarlas. Además, es conveniente asegurarse de que el limpiador es apto para el tipo de piel de tu sofá. La mejor forma de limpiar el sofá es aplicando el limpiador en una esponja suave y frotando suavemente las manchas. En principio, no es bueno aplicar demasiada presión para evitar dañar la piel. Una vez que se hayan eliminado las manchas, hay que limpiar el área con un paño limpio y húmedo.

Limpiar todo el sofá

Una vez que se hayan conseguido eliminar las manchas y tras la prueba de que el producto elegido no estropea el tejido, se procede a limpiar todo el sofá. Para ello, conviene usar un limpiador de piel específico y aplicarlo con una esponja suave, si no hay manchas o decoloración muy profunda. En caso contrario, quizás necesites volver al paso anterior y tratar de suprimir todas las manchas.