Mal tiempo
Año récord también de borrascas: Patricia es el primer fenómeno registrado en España un mes de agosto
El suroeste de Europa ha vivido 16 borrascas esta temporada, la cifra más alta desde que hay registros
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Por qué confiar en El Periódico Valentina Raffio
Periodista.
La llegada de la borrasca Patricia a España ha sorprendido incluso a los meteorólogos más veteranos. En situaciones normales, este tipo de fenómenos suelen darse entre octubre y abril. Es decir, entre el otoño, el invierno y, como mucho, al principio de la primavera. Rara vez suelen darse este tipo de situaciones fuera de su temporada habitual. Pero este año, contra todo pronóstico, este sistema de bajas presiones que trae consigo fuertes rachas de viento, mala mar y copiosas lluvias ha brotado en pleno agosto. Se trata de la segunda borrasca de este tipo que ha tenido lugar este verano en España. "Estamos ante algo bastante inédito. Este tipo de borrascas no se esperaban hasta el otoño y este año ya hemos tenido dos en pleno verano", explica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). El fenómeno tiene desconcertados a los meteorólogos.
"Este tipo de borrascas no se esperaban hasta el otoño y este año ya hemos tenido dos en pleno verano"
Patricia se ha convertido en la 16ª borrasca que afecta al suroeste de Europa (un área geográfica en la que también se incluyen Francia, Portugal, Bélgica y Luxemburgo) y la sexta que impacta de forma directa contra España. Según apuntan los meteorólogos, se trata de una borrasca inusualmente profunda para agosto. Su llegada ha creado pasillo de vientos fríos del noroeste que, a su vez, han traído lluvias, viento y oleaje en el norte del país, donde se esperan olas de hasta cinco metros, y un descenso generalizado de los termómetros.
"En algunas zonas se han registrado bajadas de entre cinco y diez grados en un solo día", comenta Mar Gómez, meteoróloga del equipo de eltiempo.es sobre esta inusual incursión de aire frío en pleno verano. En Zaragoza se ha pasado de 40 a 29 grados en un solo día. En Pamplona o Vitoria, por ejemplo, este jueves se han registrado 22ºC frente a los 33ºC observados al día anterior. También se espera un descenso brusco de los termómetros en Logroño, Oviedo, Burgos, Palencia y Segovia. Tanto en las temperaturas diurnas como en las nocturnas. En algunos casos, estas cifras resultan completamente anómalas para el verano y, de hecho, recuerdan más a los registros que suelen darse en otoño.
Situación excepcional
La situación meteorológica de este verano roza lo excepcional. Tal como advirtieron los pronósticos estacionales, tanto junio como julio fueron más cálidos y lluviosos respecto a los valores habituales para la época. El arranque del verano sorprendió con una inusual racha de precipitaciones (que aunque dio cierto alivio a unos pantanos en mínimos no consiguió, ni de lejos, frenar su caída) que se ha ido intercalando con episodios de calor extremo como, por ejemplo, las tres olas de calor vividas en las últimas semanas en el conjunto del sur de Europa.
Al menos un episodio de estas extrañas lluvias veraniegas estuvo asociado a una borrasca. En ese caso, a principios de junio, Oscar trajo fuertes rachas de viento y copiosas precipitaciones que en el caso de las islas Canarias, por ejemplo, multiplicó por siete los valores de precipitaciones normales para la época. Ya entonces, los meteorólogos advirtieron de que se trataba de algo excepcional. Este jueves, con la llegada de Patricia, parece que la anomalía de vuelve a repetir.
Rosco de borrascas
El seguimiento (y el estudio) de las borrascas que afectan a Europa se realiza a partir de la red de EUMETNET, una plataforma que coordina el trabajo de todas las agencias meteorológicas europeas. Cada año, de hecho, los meteorólogos de las diferentes regiones geográficas del continente elaboran su propio "rosco de borrascas" en el que, de forma preventiva, se escogen una veintena de nombres (uno por cada letra del abecedario) para nombrar este tipo de fenómenos meteorológicos de gran magnitud que puedan brotar entre septiembre de un año y agosto del siguiente. En el suroeste de Europa, este rosco es elaborado por la agencia española, portuguesa, francesa, belga y luxemburguesa.
Este sistema conjunto de seguimiento empezó a utilizarse en 2017. La temporada de borrascas de ese año (que abarca desde septiembre del 2018 a agosto del 2018) contó con nueve borrascas entre los meses de diciembre y abril. El año siguiente (entre septiembre del 2018 a agosto del 2019) se nombraron nueve fenómenos de este tipo que, en su mayoría, ocurrieron entre noviembre y marzo. Un año más tarde (entre septiembre de 2019 y agosto de 2020) se vivieron catorce entre noviembre y marzo; después (entre agosto de 2020 y septiembre de 2021) se observaron 12 entre octubre y abril; y en la última temporada cerrada (entre agosto de 2021 y agosto de 2022) se observaron cinco borrascas entre los meses de octubre y abril. En todos estos casos, la temporada de borrascas encaja en los valores hasta ahora normales en estas latitudes del globo.
Pero este año la situación ha sido diferente diferente. A falta de casi un mes para que finalice de forma oficial esta última temporada de borrascas, el suroeste de Europa ha vivido 16 episodios de este tipo lo que, ya de por sí, supone una cifra de récord. Las primeras se registraron allá por el mes en octubre, donde se observaron tres sistemas de bajas presiones que llegaron prácticamente uno tras otro. A lo largo del año se han registrado borrascas durante prácticamente todos los meses de otoño, invierno y primavera. Pero ya llegados al verano, contra todo pronóstico, las borrascas han continuado llegando y han dado lugar a al menos dos fenómenos de gran impacto. Esta cifra también supone algo hasta inédito.
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