Análisis de escenarios

Estreno del nuevo tramo de la B-40: qué implicaciones tiene para el Vallès y la Catalunya central

El Gobierno ha completado un tramo central entre Abrera y Viladecavalls que permite conectar el Baix Llobregat y el Vallès Occidental

CONTEXTO | Después de 17 años: abre al tráfico el tramo de 6,2 kilómetros de la B-40 entre Olesa de Montserrat y Viladecavalls

Inauguración del tramo de la B40 entre Olesa y Viladecavalls

Inauguración del tramo de la B40 entre Olesa y Viladecavalls / FOTO Y VÍDEO: REGIÓ 7

Enric Badia

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El Vallès Occidental y el Baix Llobregat tienen una nueva conexión desde este viernes, que queda más al oeste de la que ya tienen a través de la AP7. Se ponen en servicio los 6,1 kilómetros de la autovía B-40 que impedían la relación entre los tráficos de estas comarcas. En 2010 habían entrado en servicio dos trocitos de esta carretera, uno en cada 'cabeza'. 2,1 km entre Abrera y Olesa de Montserrat, y casi otros 5 km de Viladecavalls a Terrassa, lo que propiamente ha actuado hasta ahora como un tramo de variante de la capital egarense.

Pero quedaban pendiente los 6,1 kilómetros centrales, entre Olesa de Montserrat y Viladecavalls. Todo ello, el tramo entero hecho de esta nueva autovía, son unos 13,2 kilómetros que permitirán realizar este enlace entre Vallès y la parte norte del Baix Llobregat.

Esta B-40 nace descabezada por todas partes, pero tenía una finalidad mucho más ambiciosa. Quería ser, como indica su nombre popular, un 'Cuarto Cinturón' de Barcelona, un cuarto anillo más alejado de la ciudad Condal, que nacía en el Penedès y moría en el Vallès Oriental. Pero ya inicialmente se descartaron estos dos tramos extremos, básicamente para evitar que rompiera más el territorio.

Los movimientos sociales y políticos ganaron la partida a la voluntad del ministerio. Ha quedado en un tramo de poco más de 13 kilómetros, que todo parece indicar que por el actual acuerdo político podría acabar ampliando por la zona del Vallès Occidental.

Pero estos 13 km de carretera, aparte de conectar estas dos comarcas, son también una nueva alternativa de circulación para la Catalunya central. A partir de este viernes, los vehículos procedentes, por ejemplo, de Manresa que quieran entrar en Barcelona por la parte del Llobregat (por la B-23 y la Diagonal de Barcelona, para ir al puerto o al aeropuerto) tendrán una ruta alternativa a la C-55, carretera de un solo carril por sentido y con palabra de tráfico), pasar por la C-16 (la autopista de pago de Autema) y aprovechar la B-40 (gratuita) para saltar hacia en el corredor que forma la A2, a partir de Martorell y hacia Barcelona.

Inauguración del tramo de la B40 entre Olesa y Viladecavalls

Inauguración del tramo de la B40 entre Olesa y Viladecavalls / FOTO Y VÍDEO: REGIÓ 7

Esta es una alternativa que han defendido los que hasta ahora se han opuesto a realizar un desdoblamiento completo de la carretera C-55, la de Manresa a Abrera siguiendo el corredor del Llobregat. Se considera que la autopista C-16 y la B-40 pueden hacer de alternativa a la C-55 para muchos vehículos, también de transportes, que necesitan situarse en la parte sur de Barcelona.

Ruta más larga en kilómetros

De momento, este tramo de la C-16 es de pago y ni Autema ni gobierno catalán tiene previsto cambiar. El precio muy caro que se paga es un hándicap que sacará mucho tráfico a esta nueva alternativa de circulación. Y nadie ha anunciado, ni Generalitat ni Autema, que exista la intención de hacerlo gratuito o dejarlo a un precio módico.

Pero este no es el único problema para dar mayor utilidad a la alternativa al paso por la C-55. Quirino Vila-masana, ingeniero de Ponts i Camins, advierte que esta ruta por la B-40 es más larga en kilómetros que la de la C-55 y tiene más desnivel, dos elementos que pueden hacer que el sector del transporte, principalmente, se decida para seguir utilizando la C-55 por una cuestión de costes.

Vila-masana, que forma parte del colectivo manresano 'Xarxa7', que defiende el desdoblamiento total de la C-55, indica que utilizar la nueva alternativa puede ser interesante en estos momentos por una cuestión de tiempo (si se evitan atascos de la C-55) y por tener una conducción más tranquila y segura, pero al mismo tiempo advierte de que supone un mayor consumo de carburante o de energía eléctrica, y, por tanto, una mayor contribución a la contaminación que juega en contra de la voluntad de reducción de CO₂.

Una obra de 250 millones

Los 6,1 kilómetros de nueva autovía entre Olesa de Montserrat y Viladecavalls tienen un presupuesto de construcción de 250,1 millones de euros, e incluye un túnel, en Abrera, de 1,2 km, con dos bocas, una para cada sentido de la marcha.

Y la obra permite realizar todas las operaciones de acceso y salida a las carreteras del entorno, pero con enlaces que no están terminados. Queda por terminar el tramo del A2, lo que de hecho puede afectar al carril de enlace entre la C-55 y el A2, porque el tráfico que se incorpore a esta última carretera desde la B-40 coincidirá en el mismo punto con el que llega hasta ahora de la C-55.

El Ministerio tiene aprobada una inversión de 352 millones para realizar la nueva conexión de la B-40 con la A2 entre Abrera, Esparreguera y Martorell. La tramitación todavía no está terminada.

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