Astronomía

Las primeras imágenes del telescopio James Webb cambian nuestra visión del universo

Recogen sorprendentes y emocionantes momentos de los fenómenos más extremos del cosmos

La imagen más profunda del Universo temprano.

La imagen más profunda del Universo temprano. / Créditos: NASA, ESA, CSA y STScI.

Pablo Javier Piacente

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La NASA ha mostrado al mundo las primeras imágenes captadas por el Telescopio Espacial James Webb: junto a la imagen infrarroja más profunda del Universo hasta la fecha, reveló la atmósfera de un exoplaneta al detalle, el final de una estrella agonizante, los increíbles paisajes de un “vivero estelar” y fusiones e interacciones galácticas. Es solo el inicio de todo aquello que puede aportar una tecnología que cambiará la historia de la astronomía.

En una transmisión televisada a nivel global, con base en el Centro de Vuelo Espacial Goddard, en Maryland, Estados Unidos, la NASA presentó las primeras imágenes obtenidas por el Telescopio Espacial James Webb, lanzado en diciembre de 2021 y desarrollado en conjunto con la ESA (Agencia Espacial Europea) y la CSA (Agencia Espacial Canadiense).

En un hecho que calificó en una nota de prensa como el “amanecer de una nueva era en la astronomía”, la NASA mostró solo un primer pantallazo de todo lo que es capaz de realizar el telescopio espacial más grande y poderoso del mundo. A partir de ahora, Webb desplegará todo su poder para revelar el Universo al detalle, aportando una visión inédita de los fenómenos cósmicos y permitiéndonos descubrir todos sus grandes misterios.

La vista más profunda y detallada

Ya conocíamos la imagen infrarroja más profunda y nítida del Universo lejano hasta la fecha, que fue el primer campo profundo de Webb (ver foto de portada). Se trata de la imagen del cúmulo de galaxias SMACS 0723, que incluye miles de galaxias y objetos más tenues jamás observados hasta el momento. 

Es solo una minúscula porción del inabarcable cosmos: según los especialistas, equivale al tamaño de un grano de arena sostenido a la distancia por una persona. La imagen muestra el cúmulo de galaxias SMACS 0723 como lucía hace 4.600 millones de años.

Las nuevas imágenes reveladas por la NASA son las siguientes.

El “vivero estelar” captado por Webb.

El “vivero estelar” captado por Webb. / Créditos: NASA, ESA, CSA y STScI.

Un “vivero estelar” como nunca se vio

Lo primero que ha ofrecido la NASA es un paisaje de “montañas” y “valles” interrumpido por estrellas brillantes es el borde de una región donde se forman estrellas, áreas conocidas como “viveros estelares”. En concreto, se trata de una zona del cosmos llamada NGC 3324, en la Nebulosa de Carina. La imagen capturada en luz infrarroja revela por primera vez regiones de nacimiento estelar que antes eran invisibles.

La atmósfera que rodea a WASP-96b.

La atmósfera que rodea a WASP-96b. / Créditos: NASA, ESA, CSA y STScI.

Los detalles de una atmósfera exótica

Otro hecho histórico se encuentra en esta imagen: la señal inconfundible del agua, junto con evidencia de nubes y bruma, en la atmósfera que rodea a WASP-96b, un

exoplaneta

gigante gaseoso, caracterizado por sus elevadas temperaturas. Se ubica a unos 1.120 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Phoenix, y orbita alrededor de una estrella distante parecida al Sol. 

La observación de Webb revela la presencia de moléculas de gas específicas, en la imagen más detallada en su tipo hasta la fecha, demostrando la capacidad sin precedentes del nuevo telescopio espacial para analizar atmósferas a enormes distancias.

La Nebulosa del Anillo del Sur o NGC 3132.

La Nebulosa del Anillo del Sur o NGC 3132. / Créditos: NASA, ESA, CSA y STScI.

La agonía de las estrellas

Otro ejemplo de la potencia del telescopio James Webb es la estrella más tenue que puede apreciarse en el centro de la imagen: ha emitido anillos de gas y polvo en todas direcciones durante miles de años, pero ahora agoniza. Dos cámaras a bordo del telescopio capturaron la imagen de esta nebulosa planetaria, catalogada como NGC 3132 y conocida popularmente como la Nebulosa del Anillo del Sur

Localizada a unos 2.500 años luz de distancia de la Tierra, aportará una información vital sobre las nubes de gas y polvo que expulsan las estrellas agonizantes. Al identificar las moléculas que están presentes, y dónde se encuentran a lo largo de las capas de gas y polvo, los astrónomos podrán saber más sobre estos fenómenos extremos.

El quinteto de Stephan, en una imagen del telescopio James Webb.

El telescopio James Webb revela el quinteto de Stephan. / Créditos: NASA, ESA, CSA y STScI.

Fusiones e interacciones galácticas

Finalmente, otra de las imágenes aportadas por la NASA revela el quinteto de Stephan, un grupo de cinco galaxias situado en la constelación de Pegaso. Se trata de la imagen más grande obtenida por Webb hasta la fecha, y cubre aproximadamente una quinta parte del diámetro de la Luna. Ha sido construida con casi 1.000 archivos de imágenes individuales. 

La información contenida en esta imagen proporciona nuevos conocimientos sobre cómo las interacciones galácticas pueden haber impulsado la evolución de las galaxias en el Universo primitivo. Aquello que puede observarse es impresionante: colas de gas, polvo y estrellas atraídas desde varias de las galaxias que conforman el cúmulo debido a las interacciones gravitacionales, y hasta enormes ondas de choque que pueden apreciarse cuando una de las galaxias, NGC 7318B, atraviesa la enorme estructura.

Al parecer, grupos compactos de galaxias como el quinteto de Stephan pudieron haber sido más comunes en el Universo primitivo, debido a que el material sobrecalentado que era absorbido por ellos pudo haber alimentado a gigantescos agujeros negros extremadamente energéticos.