"'El Inmortal' no está hecha para todos los estómagos, pero cuenta realidades que existen"

Los Miami fue la banda que sembró el terror en el Madrid de los años 90 con su imperio basado en la extorsión y el tráfico de cocaína. Álex García (Tenerife, 1981) no los conocía, pero buscó todo lo que pudo de ellos para interpretar a su líder en la serie 'El Inmortal', que acaba de estrenar su segunda temporada en Movistar Plus+. Si en la primera entrega se preparó el personaje haciendo boxeo, en esta el temido José Antonio al que interpreta está en horas bajas, así que le pusieron a comer.

En la primera temporada vimos cómo su personaje, José Antonio, construía su imperio. En esta su batalla es otra: mantenerlo y recuperar lo que considera que le han robado.

En esta segunda sufre las consecuencias de tomar tan malas decisiones en su vida. No solo mi personaje, también todos los demás.

El año pasado se preparó el papel haciendo boxeo. ¿Ahora también?

No. Para mí José Antonio tiene algo parecido a una depresión, aunque en los años 90 no hubiera tanta conciencia de ello, así que en vez de hacer deporte le poníamos a comer. Estuve comiendo en escena gran parte de la temporada.

La anterior entrega ya era violenta, pero en esta hay escenas no aptas para todos los estómagos, como una con una apisonadora.

Desgraciadamente cuenta realidades que existen. No está hecha para todos los estómagos, pero en las noticias vemos cosas más crudas. Además, el nivel de producción, técnico, de personajes, de guion, es impecable.

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¿Cuesta interpretar un papel así, con escenas ficcionadas pero con personajes y hechos basados en una realidad tan dura?

Las propias noticias nos muestran que las ficciones que vemos en las plataformas se quedan cortas. Mi trabajo como actor también consiste en cuidarme mucho a la hora de interpretar estos personajes.

José Antonio prácticamente no sonríe en toda la temporada.

Sonríe, pero los momentos en los que lo hace están muy elegidos. De hecho, sonríe más de lo que parece, pero la energía que genera es más oscura y fría. Como decía antes, mi trabajo consiste cada día más en estar saludable haciendo el personaje, y disfrutar. En el set tienes la oportunidad de conocer a gente maravillosa y relacionarte con ellos. Así que sin ser frío ni frívolo, cojo distancia cada vez que dicen 'corten'.

Ya no se lleva el personaje a casa. 

¡Hay tanto tan bonito en nuestro día a día! Me considero afortunado dedicándome a esta profesión y pudiendo contar historias, pero también viviendo y compartiendo con familiares y amigos, regalándome mis momentos de silencio. Todo eso me parece igual de importante, o incluso más, ahora mismo.

¿Tuvo algún contacto con la banda de los Miami?

No, desde el principio el planteamiento fue utilizar una historia que era conocida por muchos en España y, de ahí, ficcionarla. Sé que producción sí que tuvo en algún momento relación, pero el personaje está hecho desde dirección y desde el equipo.

Su personaje es implacable y tiene las cosas muy claras, ¿pero no cree que en el fondo vive oprimido por el miedo? Porque nunca sabe cuándo van a intentar acabar con él.

En la primera temporada le vimos momentos de miedo o precaución, pero ahora no está contado desde el miedo, sino desde el cabreo, la prepotencia y la impotencia. Además, en esta segunda temporada no sería tanto el miedo que siente por él mismo, sino por su gente, por su familia y, sobre todo, por su hija. Su hija es el único personaje bonito que hay en esta segunda temporada.

¿Tenía muy presente el peligro de humanizar a un personaje como este? Porque es capaz de matar a la mínima de cambio, pero también le vemos en su faceta familiar y puedes empatizar con él.

Para mí el mensaje está claro. Después de ver la primera temporada, a nadie le apetece ser José Antonio. Y viendo la segunda, menos todavía. Yo mismo, por decisiones propias y con dirección y compañeros, pongo el foco en que así sea. Y con respecto a humanizar, todos tenemos nuestras luces y sombras. Creo que 'humanizar' es una palabra peligrosa porque hasta los más malos de la historia van al baño y ves en ellos una vulnerabilidad tremenda. A lo mejor el director decide ponerlo para contar todos los aspectos de este personaje, no solo el arquetipo. Así que aunque todos tengamos claro lo que estamos contando y hacia dónde va la serie, me gusta que los guionistas y el director no hayan tenido pudor en sacar otros aspectos.

Las series de narcos nunca pasan de moda. Pero esta tiene como distintivo un ambiente muy reconocible, el Madrid de los años 90, igual que la música.

Sí, hay un montón de detalles. Cada vez que suena la radio te lleva a algún momento de esa época, y musicalmente pasa igual. ¡Extremoduro ya me encargué yo de volverlo a sacar un par de veces! Creo que es uno de los aciertos de la serie que nos lleva a revisar una España que a lo mejor, en el recuerdo, era de una manera pero viéndolo a través de este personaje te da un punto de vista más crítico de lo que allí ocurrió.