Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: ‘Grand Prix’, nostalgia de un parque jurásico

TVE1 Grand Prix del Verano 3

TVE1 Grand Prix del Verano 3 / TVE

Ferran Monegal

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Una audiencia extraordinaria (2,6 millones de televidentes) ha cosechado el regreso, 18 años después, del concurso ‘El Grand Prix del Verano’ (TVE-1). Según la consultora Sigma Dos, a los que más ha interesado es a las niñas y niños de 4 a 12 años, y a los adultos entre 25 a 44 años.

O sea, franja infantil y zona de edad con nostalgia. Estoy de acuerdo con que hayan retirado aquella clásica competición del programa, la de las vaquillas. Eran bestias de verdad, y aunque fue una prueba muy popular, verlas metidas en aquella tauromaquia de cartoné y porexpán, era muy lacerante. No está demostrado que los animales tengan sentido del ridículo, pero recuerdo a una vaquilla que sacaron en el verano del 2.000, a la que llamaban Juliana, porque en un momento dado nos ofrecieron un primer plano de sus ojos, y su mirada era húmeda y huidiza, a partes iguales. O sea, lloraba y quería escaparse. Ahora la vaquilla es una criatura humana disfrazada, y han añadido un dinosaurio, también de disfraz.

Lo del dinosaurio es oportuno. Se hermana en el plató con Ramón García, que también forma parte de la gran época de los presentadores dinosaurios. Lo digo con admiración y en positivo. Eran aquellos años, fértiles, del período cretácico del entretenimiento en TVE. Su regreso, en plan parque jurásico, ha gustado. Es sorprendente no obstante que la prueba de los ‘Troncos locos’, esos rulos que giran sobre palangana acuática, y que provocan grandes tortazos y chapuzones en los concursantes, es sorprendente, decía, que siga divirtiendo tanto. Hoy lo ofrecen, constantemente, y con infinitas variantes, en TikTok, Instagram Reels y Youtube shorts.

La base de este concurso sigue siendo la confluencia de dos pueblos, dos localidades, que se juntan en Madrid para competir. Este verano por parte de Catalunya participará la localidad de Cervelló. Hace 18 años participaron Llers, Tossa de Mar, Les Franqueses del Vallès, Castell d’Aro, Tordera, Blanes, Vilamalla... ¡Ah! Quizá a través de ‘El Grand Prix’ intentan la vertebración de la España invertebrada. En 1997 participaba Murchante, localidad de Navarra famosa por su fértil huerta, y Ramón García preguntó: «Señora alcaldesa ¿qué tienen sus melones que están tan buenos?». Y ella contestó: «Son gordos, dulcísimos y sabrosos». Aquel verano Murchante se colapsó de viajeros y visitantes, atraídos por descripción tan apasionante.

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