Entrevista

Rafa Castaño (ganador de 'Pasapalabra'): "No dejaba de pensar en Orestes y lo injusto que sería para él"

El ganador del mayor bote de la historia del concurso de Antena 3 reconoce lo igualado que estaba con su rival y que esta era su última bala

Rafa Castaño

Rafa Castaño / Antena 3

Inés Álvarez

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El jueves se llevó el mayor bote de la historia del programa de Antena 3 ‘Pasapalabra': nada menos que 2.272.000 euros, que se dicen pronto. Sin embargo, parecía no disfrutarlo. Y es que el sevillano Rafa Castaño, de 32 años, pensaba que ganar, pese a que luchó por ello durante 197 programas y en 13 ocasiones se quedó a una respuesta de completar el Rosco, podría ser injusto para su compañero. Porque Orestes Barbero, tras concursar en 360 entregas, se quedaba sin el merecidísimotriunfo. Ya repuesto, este periodista de formación y socio de una librería solo piensa en invertir bien su dinero.

Poco antes de la emisión de su triunfo vimos en 'El hormiguero' a Roberto Leal, presentador de 'Pasapalabra', con el corazón partido. Ganase quien ganase, lo sentiría por el otro. Pero a usted tampoco le vimos disfrutar al lograrlo. ¿Pensaba en Orestes?

Sí, sin duda. Luego me he visto la cara y es que se me pasaba todo el rato por la cabeza Orestes , porque sabíamos que sería uno de los dos el que se lo llevara y el otro no, y que podía ser injusto para él, con lo que no podía estar del todo contento. Y, por respeto, no podría ser muy efusivo en mi celebración, porque sé que para él no podía ser un plato de muy buen gusto. 

Lo que le dolería también a Orestes es, tras 360 programas, no tener opción a intentar el Rosco .

Sí. Es la primera persona que no pudo. Igual que soy yo la primera que lo hace del tirón. Tiene que ser muy ingrato, porque, además, tanto él como yo somos competidores y queremos concursar. Pero esas son las reglas, si uno lo ha sacado ya el otro no puede. Para él fue muy difícil.

Han hecho un gran dúo. Él es más impulsivo; usted, más estratega. Le llamaba el Cristiano Ronaldo.

Sí, porque no me rindo y soy muy competitivo. Yo he sido más obsesivo y he confiado mucho en mis posibilidades. No me he venido abajo en ningún momento . Porque si lo haces, te tiras piedras contra ti mismo. También considero que él ha sido un genio. Si yo soy un Ronaldo él ha sido un Mozart, porque tenía una intuición increíble para decir palabras. Creo que era la persona mejor preparada y mejor capacitada para ganar el bote y siempre he creído que es el mejor concursante que ha habido para ganar 'Pasapalabra'.

Ha sido un dúo excelente: dos personalidades diferentes que han congeniado y no han parado de competir. ¿Cree que han hecho un gran programa?

Sí. Creo que parte del éxito del duelo ha sido personalidades distintas y al mismo tiempo grandes concursantes. Porque la cosa estaba igualadísima, y aunque en el cómputo global yo le he ganado a él en más programas, él ha sido bastante más impulsivo y ha tirado por la borda algunos programas que podría haber ganado. La igualdad era absoluta y eso ha sido la clave de que lo viera tanta gente. Nadie sabía quién se lo iba a llevar. 

¿Un rival de tanto nivel ha aumentado su motivación para prepararse?

Sí. No me permitía relajarme. Porque yo veía que Orestes no dejaba de estudiar. Es cierto que, él tenia otras cosas en su vida: ir a clase, hacer sus exámenes... Tenía una carga mental que yo no tenía. Pero sabía que él llevaba más tiempo que yo, tenía más trabajo previo y yo tenía que tomármelo muy en serio, porque consideraba que era mi última bala.

Cuando por fin asumió el triunfo, ¿en quién pensó: en su padre tirándose por los suelos, como dijo que haría? 

La verdad es que no dejaba de pensar en Orestes y lo injusto que sería para él. Y luego, en cómo sería mi vida a partir de entonces, que por fin lo había logrado. No concretaba nada, porque estas cosas no se asimilan en el momento. Pero me parecía increíble esa sensación. Había pensado en muchas ocasiones cómo sería, pero no terminas de asumirlo del todo hasta que ocurre.

Había quedado 13 veces a una pregunta de completar el Rosco. Orestes, 15. Pero se le veía muy tranquilo cuando no fallaba ni una. ¿Visualizaba el triunfo?

Veníamos de unas semanas en las que la dificultad no era absolutamente rebuscada y muchas veces los dos nos habíamos quedado a una respuesta. Y también influye que venía muy bien estudiado y tenía muchos segundos. Se combinaron ambos factores para que me lo tomara con tranqulidad y concentración. De hecho, se vio que en la C, que era “claustro”, una palabra normal, me tomé mi tiempo y no quise ir como un loco. Si bien es cierto que muchas, incluso las de enciclopedia o de diccionario, son deficiones o conceptos que tienes muy bien estudiados y no necesitas pensarlo. Aún así, no quería tirarme a la piscina sin saber si estaba vacía o no. 

Hasta ahora era socio de una librería. ¿Con semejante pastón ha pensado en comprarla?

Sigo siendo socio. De momento no puedo comprar nada, porque no me lo ingresado nada: lo harán dentro de unos meses. Pero, sobre todo quiero, vivir la vida con tranquilidad e invertirlo bien. Es una oportunidad maravillosa para, si quiero trabajar, sea de lo que yo quiero y como quiero. Y si no, intentaré vivir de la renta, y seguir aprendiendo. Se abren tantas opciones que ahora mismo lo que quiero es estar tranquilo. Y cuando pase un poquito esta gran ola, pensar con la cabeza y no con el corazón lo que quiero hacer.

Usted es periodista de formación.

He trabajado poco como tal. Solo en el gabinete de prensa del Ayuntamiento de Sevilla durante un par de años. Y he estado trabajando de librero en la librería de la que soy socio, Caótica, que ha sufrido bastante con el covid. Me considero más concursante que otra cosa.

¿Cree importante ser un referente para los jóvenes como alguien que estudia para lograr algo? En tiempos de frivolidad, ¿es este un buen mensaje?

Creo que el mensaje tiene que ser: tienes que estar contento con tu esfuerzo, porque no depende todo de ti. Y luego la vida es mucho más compleja que ‘Pasapalabra’, en la vida te puedes esforzar y no conseguirlo, y hay gente con mucha suerte que no se lo merece y lo logra. Si te hace ilusión y lo visualizas, ponte a ello: nada te garantiza que te lo vayas a llevar, pero sí ganas papeletas.