Pablo López, de 'la Voz' al disco de 'La Marató': “Los artistas gastamos más corazón de la cuenta”

Su primera colaboración en el disco de 'La Marató' fue en 2016, cuando cantó 'Sóc més feliç', con Ainhoa Arteta; repitió en 2021 con Els Amics dels Arts para interpretar 'Jean-Luc', y en esta edición de 2022 participa con una de sus canciones versionada en catalán, 'L'enemic'. Y lo hace con orgullo, porque Pablo López (Málaga, 1984) conoce desde niño el 'teletón solidario' y su disco. Y de su importancia. La temática de este año, las enfermedades cardiovasculares, le hace reflexionar sobre el riesgo que sufren los artistas por sus malos hábitos. Y, aunque duda si sabe gestionar las emociones, dice que llorar le cura.

Es la tercera vez que participa en el disco de ‘La Marató’.

Antonio Banderas, Pablo López, Tanxugueiras y 'La Macarena', en el disco de 'La Marató'

Sí. Y la primera con una canción mía.

Ha demostrado con creces su compromiso.

Es un compromiso, un honor y, para mí, ya hablando en el terreno personal, la sensación de que todo va bien. Si uno está en 'La Marató', quiere decir que uno existe. Porque puede participar en algo tan prestigioso, que realmente lo es, y que tiene el destino que tiene. 

‘La Marató’ es un fenómeno solidario que se conoce en toda España.

Ha trascendido. Por lo general, de la cultura catalana, por cuestión de demografía y de reconocimiento, por tener tanta personalidad, hay muchas cosas que trascienden. Y 'La Marató' es de las que conoces. Al menos, yo. De chico ya escuchaba hablar en informativos de 'La Marató', del disco… No es algo nuevo para mí.

Lo de cantar en catalán ya no pilla por sorpresa.

Estoy acostumbradísimo.

Aunque el lenguaje de la música es universal.

No importa el lenguaje en el que cantes. Sobre todo si lo sientes de alguna manera.Yo en mis discursos de ‘La Voz’ siempre digo a la gente que tiene que cantar en el idioma --hablando mal--, en el que se cagarían en todo si les pellizcan. O sea, el que te sale directamente. Sin embargo, poder romper fronteras y hacer un canto al amor cantando en catalán es un honor que pocas veces se tiene.

En euskera no se ha atrevido.

(Ríe) No. Es más complicado. Pero nunca se sabe. Todo es ponerse.

Imagino sus canciones, que tienen tanta fuerza, en un idioma como el euskera…

¡Eso sería una redundancia! (Ríe).

Este año se centra en las enfermedades cardiovasculares. Por desgracia, están a la orden del día.

He tenido casos cercanos. Incluso uno en la profesión. Un amigo de aquí, que, por suerte, se está recuperando. Pero todos hemos tenido alguien en el entorno cercano. Está a la orden del día, como bien dices, y hay que darle visibilidad. Sobre todo, porque son enfermedades remediables, en la mayoría de los casos. Por el estilo de vida, la rapidez en el diagnóstico, por aprender todos a saber hacer unos primeros auxilios.... Tenemos, por desgracia otra enfermedad a la orden del día que parece más un azar tenebroso. Pero, en este caso, se puede arrojar más luz y, como siempre, 'La Marató' ha acertado 

Su profesión, con el estrés y los malos hábitos, puede ser de riesgo.

Sin duda. No quiero que nadie me malinterprete con lo que voy a decir, pero muy de viejos no nos vamos los artistas. (Ríe) Los artistas, con una vida tan intensa, gastamos más corazón de la cuenta, poéticamente hablando, pero, quién sabe, igual físicamente también. Pero, desde luego, lo importante es moverse, no ser sedentarios. De cara a la cabeza, que a veces la tengo un poquito loca, es muy importante también. Y cuidar algo que creo que descuidamos todos cuando estamos de gira, porque nos paramos en cualquier lugar, en una gasolinera, y comes fritos. Y no es por dar consejos, pero es algo que yo abandoné. Cuando tenía 32 o 33 años, ahora tengo 38, me di cuenta de que nada es gratis en ese aspecto e intenté ponerle remedio. Ya que tengo tanto desorden por otro lado, en eso intento ser ordenado.

Y gestionar las emociones. Aunque, si a usted no le dio un infarto cuando le machacaba Risto Mejide como jurado de ‘OT 6’, eso quiere decir que las gestiona bien.

(Ríe) No te creas. Pero a veces sí me las trago muchísimo, con lo cual es peligroso. No obstante, si voy a llorar, lloro de verdad. Y eso también cura. 

Como le curará componer canciones y cantarlas.

Sin duda. Componer una canción no tiene que ser muy bueno vascularmente hablando, pero cantarla una vez la has escrito, eso sí, desde luego.

Para emociones, eso sí, positivas, las que vive en ‘La voz’.

Es empatía pura. En eso se parece mucho a 'La Marató', en el sentido de la empatía que se produce. Yo me emociono muchísimo en un escenario, desde luego. Ese es el máximo pico. Pero en 'La voz' consigo verlo y sentirlo a través de aquellas personas que tengo delante, que son esos artistas gigantescos todos. Y eso te inyecta una dosis de energía, de ganas de seguir escribiendo canciones y de luchar por la suerte que tienes de que la gente esté esperando una canción tuya.

¡Qué buen rollo parece tener con sus compañeros!

Siempre lo hemos tenido, pero este año, y estoy orgulloso de decirlo,  es algo extraordinario. Estamos muy unidos, estamos deseando vernos, ir a trabajar... Quedamos al margen de ‘La voz’. Tenemos un grupito donde nos decimos cada día lo que nos queremos y nos respetamos. Y a mí, que soy el benjamín de todos, me hacen tener la ilusión de un niño.

Además, es una gran oportunidad para mostrar cada semana su música en la tele y en directo. Un lujo.

Es una oportunidad temenda. Y que la canten en el escenario otros artistas para concursar, también. 

¿Y qué me dice del momentazo que tuvo hace unos días en ese programa con Raphael, quien ha confiado en usted para que le escriba su álbum 'Victoria', cuando cantaron a dúo ‘Lo saben mis zapatos’?

Eso es algo que aún no he tenido la capacidad de asimilar. Pero ha sigo algo maravilloso.