La crítica de Monegal: Tapando esa ‘luna de miel’ que cuenta Corinna

En los informativos del lunes, los de T-5. A-3, TVE-1 y La Sexta, ni pío de esta nueva entrega de Corinna. En los programas de sarcasmo y petardeo informativo de ese lunes (‘Todo es mentira’, ‘Más vale tarde’ y ‘El intermedio’) sí abordaron el asunto, pero seleccionando meticulosamente los cortes de audio.

En estos programas ha interesado visibilizar cuando Corinna habla de lo maravillada que se quedó cuando veía llegar a su amado Juan Carlos cargado con bolsas repletas de billetes. Otro corte que ha interesado mucho ha sido esa amenaza que al parecer algún agente del CNI le susurró a Corinna, con nocturnidad y alevosía: «Si no obdeces puedes morir en un túnel como Lady Di». Y sobre todo lo que han reproducido con mucha fruición e interés es el ‘mote’, el ‘alias’, que usaba el emérito para pasar inadvertido: llamaba por teléfono y decía que era ‘SUMER’, acrónimo de ‘Su Majestad El Rey’.

Con este juego de palabras se han entretenido mucho. Pero ha sido en TV-3, en ‘Planta baixa’, donde han emitido otro audio del pódcast de Corinna que las otras cadenas se han esmerado en omitir. Ha sido cuando habla de lo que costó –y de cómo se pagó– la luna de miel del entonces príncipe Felipe y Letizia Ortíz. Cuenta Corinna que Juan Carlos le encargó el diseño y los preparativos de esta costosa luna de miel. Y que le ordenó trocearla al 50% en dos facturas, una a La Zarzuela y otra a la empresa Navilot, actualmente radicada en Barcelona –anteriormente en Alella– y nos advertían en ‘Planta baixa’: «Detrás de Navilot está el empresario, y amigo del emérito, Josep Cusí».

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¡Ah! No creo que este silencio del telehipódromo sobre la luna de miel sea para proteger a Cusí. Más bien parece que lo que se intenta es evitar, a toda costa, que los chanchullos del padre salpiquen al hijo. Este tratamiento televisivo de los pódcast de Corinna --emitiedo unos, tapando otros-- a mi me recuerda lo que pasó cuando salieron los 'papeles de Pandora'.

Las teles se volvieron turulatas seleccionando con pinzas a qué defraudadores señalaban, y a qué defraudadores tapaban y protegían. No fueran a tener problemas en su propia empresa, en las alturas.