Tú y yo somos tres

Éxito a los 16, misterio el resto de la vida

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Ferran Monegal

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En el cuarto capítulo de la exitosísima serie 'Gambito de dama' (Netflix) la protagonista, Beth Harmond, se enfrenta a un jovencísimo ajedrecista ruso, de 13 años de edad, Georg Girev. Están en un torneo internacional que se celebra en México DF, en un imaginario hotel llamado Azteca Palace, frente a la Plaza del Zócalo. Beth, naturalmente, le gana la partida al niño ruso. Y al concluir, él, con orgullo aun habiendo perdido, le dice: «Algún día seré campeón del mundo. Dentro de tres años». Y Beth le responde: «Si eres campeón del mundo a los 16 años, ¿qué harás el resto de tu vida?». ¡Ahh! El niño se la queda mirando con una perplejidad absoluta. No entiende la profundidad de la pregunta. Groucho Marx tiene un célebre adagio en que ya resuelve este asunto: 'De victoria en victoria hasta la derrota final'. O sea, campeón mundial a los 16 y luego solo queda esperar que el mundo te vaya derrotando a lo largo del resto de tu vida.

Esta serie triunfa porque es de una excelencia indiscutible. Excelencia en la interpretación, en la puesta en escena y en el lenguaje narrativo de la cámara. El acento ajedrecista ha sido cuidado hasta extremos sublimes. Ni un error en el planteamiento de partidas. Todas las que se disputan corresponden a partidas reales que jugaron grandes maestros internacionales. El gambito de dama, con las blancas adelantando el peón de dama, seguida del peón del alfil de dama, es un clásico de las aperturas de alta competición. La defensa siciliana que le enseña a Beth el conserje de la escuela, el señor Shaibel, es otra 'delikatessen', homenaje a las variantes que ingenió sobre esta defensa el gran maestro Najdorf.

Todo está primorosamente cuidado en esta serie. Pero a pesar de ser el ajedrez la base argumental de esta producción, la historia de Beth podría haber sido la de una tenista, una esgrimista, una piloto de Fórmula 1... Hubiera dado lo mismo. La excelencia es el retrato que hacen de la vida de esta niña prodigio. Diez años de 'american way of life', de 1958 a 1968, vividos a través de una aparente frágil muchacha que alcanza la cumbre en plena adolescencia. Y en este trayecto, 10 años también de socavones, de hoyos negros a lo largo del camino: el alcohol, las adicciones... Algún analista ha visto ahí un paralelismo con la vida de Bobby Fischer, cuya trayectoria ajedrecista coincide con estos años: 1957-1972. Les recomiendo esta serie. Disfrútenla.

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