TÚ Y YO SOMOS TRES

A menos humor, más lavado de cerebro

Ferran MONEGAL

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Aquellos que se irritaron tanto porque los humoristas hicieron broma con una bandera, no sé si también se habrán exasperado con lo que acaba de hacer ahora Wyoming en El intermedio (La Sexta). En vista de la decisión de los jueces del Supremo sobre las hipotecas, salió vestido con toga de alto magistrado y exclamó: «¡Este es el símbolo de la justicia! ¡Esto encarna en espíritu de la ley! ¡Esto...» y mirando, entonces, detenidamente aquel manto de juez supremo, añadió: «¡Esto hace siglos que no se lava!», y se le puso una cara de asco sobrecogedora. O sea, un sarcasmo sobre toga, un aviso metafórico de que el actual Tribunal Supremo está necesitado de un buen lavado para que la justicia recobre la higiene.

También en Està passant (TV-3) apareció Toni Soler incidiendo sobre el mismo tema: toga en mano, se limpiaba las narices con ella. ¡Ah! No sé si habrá alguien que también se queje de que los humoristas de la tele hagan bromas sobre  la tercera columna vertebral del Estado de derecho. Recordemos, como antídoto a los posibles irritados, la cita del sarcástico Pepe Colubi que ayer les comenté, cambiando bandera por toga: «Una toga de magistrado puesta en un programa de humor es una toga fuera de servicio. Pierde su representatividad. Carece de toda simbología». O sea, es sencillamente la peana de la que se sirve el humor para dar una sarcástica vuelta de tuerca a unos jueces que han hecho puro surrealismo con sus contradictorias sentencias.

LAVADOS DE CEREBRO .– Nos ha presentado Mamen Mendizábal un Scoop (La Sexta) sobre cómo los grandes poderes políticos y económicos usan la tecnología digital para sugestionarnos y que hagamos (o votemos) lo que ellos quieren. Nos espían a través de nuestros juguetes (smartphones, internet, facebook, etcétera) y condicionan nuestra manera de ser. Decía el politólogo Pablo Simón«Si un partido de izquierda quiere que tengas afinidad hacia él, te pone un loop. En efecto. Si, además, los instantes son trucados para hacerlos todavía más horrorosos, el rebaño queda abducido totalmente. ¡Ah! Los televidentes conocemos bien estos lavados de cerebro. O deberíamos conocerlos.