ADAPTACIÓN DE UN ÉXITO BRITÁNICO

Alberto Chicote reflota restaurantes en crisis

La Sexta estrena la versión española del 'reality' 'Pesadilla en la cocina'

Alberto Chicote, preparado para salvar negocios al borde de la ruina en 'Pesadilla en la cocina'.

Alberto Chicote, preparado para salvar negocios al borde de la ruina en 'Pesadilla en la cocina'.

MARISA DE DIOS
BARCELONA

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Locales sin clientes; empresarios que han depositado todos sus ahorros en unos negocios que ahora están en números rojos; menús con alimentos en mal estado; cocinas grasientas, y hasta un ratón en el lavavajillas. Este es el desolador panorama que se encuentra el cocinero Alberto Chicote en los restaurantes que visita por diferentes puntos de España en el programa Pesadilla en la cocina, que estrena hoy La Sexta.

Adaptación del británico Kitchen nightmares, protagonizado por el implacable chef Gordon Ramsey (y que luego cruzó el Atlántico para hacer una versión estadounidense), este reality pretende salvar de la ruina estos negocios en crisis. Para ello, Chicote y su equipo disponen de unos días para detectar los defectos y actuar. Los problemas son múltiples: «Algunos tienen una oferta de comida mal diseñada o ejecutada, en otros falla la dirección, en otros no saben comprar y vender...», enumera el chef, que está al frente de las cocinas de los restaurantes Nodo y Pandelujo, y que fue elegido como el mejor cocinero del 2006 por la asociación madrileña de restaurantes y cafeterías.

Chicote tiene que lidiar con las deficiencias en salubridad e higiene, desde «gente que no conserva el género o lo conserva mucho más allá de lo que debiera» a propietarios que «están dispuestos a servir algo que no está en condiciones y, aunque se lo devuelvas, se lo dan a otro después». Él mismo ha sido víctima de estas prácticas. «Después de comer en uno de los locales, al ver luego la cocina tuve que vomitar. Fue una reacción de supervivencia», señala.

El chef no se ha mordido la lengua con las críticas, con lo que se verán  muchas discusiones con los dueños y los empleados de los locales. Esta actitud tan sincera es la misma que adoptó su homólogo británico, Ramsey, con el que reconoce que tiene muchos puntos de encuentro. «Incluso la gente que trabajaba conmigo me decía que era como él», apunta. Chicote justifica su conducta: «Cuando tienes que levantar un negocio con unos dueños que están tan perdidos que no han sabido dirigir a su propio equipo, o les zarandeas o no se enteran».