Antes de que hable el balón

No es fácil enganchar a la audiencia con un programa de seis horas hablando de un partido de fútbol que aún no se ha celebrado, pero ayer hubo dos que se atrevieron. Uno fue Tiramillas (Marca TV). Tratándose de un canal especializada, era una decisión lógica. Solventaron la papeleta ofreciendo resúmenes amplios de duelos del Barça y del Real Madrid de años anteriores y un debate, de tono gris, salpicado de desoladoras conexiones con salas de prensa vacías y perlas de internautas como «está nevando para el colorido blanco de la victoria», o «perro ladrador, poco mourdedor».

Intereconomía TV apostó de nuevo por un maratón Punto pelota, aunque esta vez solo de ocho horas, como si este clásico no mereciera el despliegue de 24 horas del anterior. «Estamos a lunes y la gente trabaja», se justificó su moderador y presentador, Josep Pedrerol. Pronto se olvidó de ese detalle y lanzó un mensaje a su verdadero público, no se sabe si de parados o de ricos: «Por favor, aún no gritéis, que ahora la gente está con el cafetito». Arrancó el programa con gran preocupación por el estado de salud de Higuaín, como si su presencia o incomparecencia (por encima de la de Messi o Ronaldo) fuese a decidir el resultado. Tras esa media hora tediosa, hubo intensidad, humor y tensión a raudales.

Mostraron imágenes desde el interior del autobús del Real Madrid después de ser atacado, e incluso entrevistaron al conductor. Conectaron con la clínica donde está ingresado el exárbitro Joaquín Ramos Marcos, quien reveló que no podía ver el partido porque en el hospital no tenía el canal Gol T. Hablaron de tácticas hasta marear. Pusieron a Mourinho diciendo en 1997 eso de «hoy, mañana, siempre, con el Barça en el corazón». Se oyó a Toni Cano decir: «Los del Barça no están tan convencidos de ganar como los del Madrid». Hubo conexiones para saber el menú de Florentino Pérez y Sandro Rosell.

En la Sexta, los de Sé lo que hicisteis… se hicieron pasar por Mou y llamaron a un restaurante de Barcelona para reservar mesa para después del partido con un menú a base de buñuelos de bacalao y tarta con el escudo del Barça. La reacción del metre que se puso al teléfono fue tan tibia como el ambiente mediático antes de este clásico. Lo dijo incluso Tomás Roncero: «Este año el ambiente es de fair play total, porque lo más fuerte que se ha dicho ha sido Cristiano: 'A ver si nos meten ocho'».