Los sufrimientos de Isabel Gemio

FERRAN MONEGAL

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Es tendencia de las estrellas de la tele, cuando deciden pasar una temporada alejada de ella, intentar hacerse perdonar los pecadillos que ante las cámaras cometieron. Ponen especial empeño y énfasis en dulcificar las pocas o muchas tropelías que realizaron y procuran restarles importancia con habilidad pasmosa. Es el caso de nuestra admirada Isabel Gemio, que apareció ayer por la tarde por El club (TV-3) y, recordando aquella época suya, tan tremenda, en que circulaba por España en autocaravana al grito de Lo que necesitas es amor, dijo: "Dejé el programa con nueve millones de espectadores en la primera temporada. Hubiera podido seguir allí cuatro o cinco años y me habría forrado porque me pagaban muchísimo dinero. Pero lo dejé precisamente porque me pedían que traspasara límites que no estaba dispuesta". Virtuosa declaración. En aquel programa vimos más de un caso de matrimonios ya muy rotos y astillados, en los que el amor brillaba por su ausencia y más que cariño había hiel. O sea, que debió sufrir mucho Isabel según lo que declara ahora. Pero es hermosa la catarsis de esta diva aunque sea un poco a destiempo. Declaró también ayer que, si volviera a la tele, le gustaría hacer un programa de entrevistas o un late nigth. ¡Ah!, eso sí que es tremendo: la Gemio, más que escarmentar, parece dispuesta a sufrir de nuevo.

REGRESA LA BRUNETE -- Nueva temporada de Alto y claro (Telemadrid), el programa que seguimos cada día, contritos y pasmados, y que maneja la impagable Curri Valenzuela Con el tema de la Diada de Catalunya se pusieron las botas. Especialmente su colaboradora Isabel San Sebastián, que advirtió con un dramatismo sobrecogedor: "Si Catalunya quedase en manos, exclusivamente, de los grandes patriotas catalanes, llevarían a cabo una limpieza étnica ideológica con todos los que no comulgan con sus ideas". Al margen del arte que tiene esta compañera acollonando al personal, su apocalíptica oración, bien leída, tiene una intención muy curiosa. Según ella, esa limpieza étnica solo ocurriría "si Catalunya quedase en manos, exclusivamente, de los patriotas catalanes". O sea, por fortuna está el PP, para frenar a la bestia. Es curioso, más que tranquilizarnos, el susto iba in crescendo.