Terremoto tecnológico

¿Qué ha pasado en OpenAI, la empresa de ChatGPT? 6 claves para entender la crisis

La creadora de ChatGPT restituye a su fundador, Sam Altman, cinco días después de su despido

Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI e impulsor de WorldCoin.

Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI e impulsor de WorldCoin. / Jack Guez / AFP

Carles Planas Bou

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De ser despedido en una videollamada de la empresa que cofundó a ser restituido con poderes reforzados. El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, ha sido el protagonista de una de las semanas más caóticas que se recuerdan en Silicon Valley. En cinco días frenéticos marcados por imprevisibles giros de guión, el joven inversor fue apartado por sorpresa de su cargo, fichado por Microsoft y finalmente readmitido al frente de la influyente 'startup', líder en el sector de la inteligencia artificial (IA) y responsable de la creación de ChatGPT.

Aquí resumimos en seis claves qué ha ocurrido.

Despido sorpresa

En un breve y duro comunicado publicado el 17 de noviembre, la junta directiva de OpenAI anunció el despido de Altman por falta de confianza y le acusó de ocultar información. "La salida del señor Altman sigue un proceso de revisión deliberativa por parte de la junta, que concluyó que no fue consistentemente sincero en sus comunicaciones con la junta, obstaculizando su capacidad para ejercer sus responsabilidades", rezaba la publicación, que no citó incidentes específicos. "La junta ya no confía en su capacidad para seguir liderando OpenAI".

Poco después, el también cofundador Greg Brockman anunció que dimitía como presidente del consejo de OpenAI en solidaridad con su compañero. "Sam y yo estamos conmocionados y tristes por lo que ha hecho hoy la Junta", explicó en un mensaje en X, la red social anteriormente conocida como Twitter. Otros empleados molestos con el despido de Altman también renunciaron a sus cargos.

Semana caótica

El despido de Altman pocas horas antes de que se cerrase la Bolsa de Nueva York precipitó una profunda crisis interna. Y es que la decisión de la junta se gestó sin informar ni a los inversores ni a los empleados de la OpenAI. Incluso Microsoft, principal socio de la compañía con una inversión superior a los 13.000 millones de dólares, iba a ciegas. Según 'Axios', la directiva del gigante informático fue informada tan solo un minuto antes de que el comunicado del despido se hiciese público.

Esa forma de proceder generó mucho rechazo tanto entre inversores como empleados, que durante sábado y domingo protestaron para pedir la readmisión de Altman. La presión llevó a unas negociaciones en las que se propuso realizar cambios en el consejo de dirección de OpenAI. Sin embargo, este se mantuvo firme en su decisión de despedir a Altman. En ese equipo directivo destaca Ilya Sutskever, cofundador y jefe científico de OpenAI, quién comunicó a Altman su despido.

¿Por qué fue despedido?

Una semana después, aún se desconocen los motivos que llevaron a la salida de Altman. Es por eso que la nueva dirección de la compañía encargará una investigación independiente para determinar qué sucedió.

El movimiento por sorpresa de la antigua junta de OpenAI y la falta de explicaciones detalladas lleva a los expertos a pensar que podía tratarse de un conflicto interno entre dos facciones: los que querían ir más rápido para obtener más beneficios, con Altman a la cabeza, y quienes apostaban por un desarrollo más seguro de la IA, sector liderado por Sutskever.

Sin embargo, todo apunta a que la decisión no estaría relacionada con los productos de OpenAI, sino con un asunto personal. "En pocas palabras, el comportamiento de Sam y la falta de transparencia en sus interacciones con la junta socavaron la capacidad de la junta para supervisar eficazmente la empresa de la manera que se le había encomendado", asegura un informe interno al que 'The New York Times' tuvo acceso.

'The Washington Post' apunta en esa misma dirección. "Dado que Altman tiene talento, poder y es tan querido, oponerse a él era un reto", ha explicado una fuente interna. Altman ha pilotado el meteórico despegue de OpenAI hasta estar valorada en 86.000 millones de dólares, lo que la convierte en la tercera 'startup' más valiosa del mundo solo por detrás de ByteDance (propietaria de TikTok) y SpaceX, de Elon Musk. Eso le había convertido en una de las figuras más influyentes sobre la IA y su regulación, llevándolo a reunirse de forma asidua con altos líderes políticos.

Revuelta interna

El malestar con el despido de Altman cristalizó el lunes en una revuelta interna. Más de 700 empleados, casi el 95% de la plantilla, firmó una carta en la que exigían la dimisión de la junta directiva de OpenAI. También amenazaban con irse a trabajar con su antiguo jefe, fichado por Microsoft para liderar un nuevo equipo de IA avanzada.

Sutskever también la firmó y pidió perdón. "Lamento profundamente mi participación en las acciones de la junta. Nunca tuve la intención de dañar OpenAI. Me encanta todo lo que hemos construido juntos y haré todo lo que pueda para reunir la empresa", explicó en X. La presión de la mujer de Brockman habría sido clave para cambiar la opinión del jefe científico de OpenAI, lo que a su vez ha desencadenado el regreso de Altman al frente de la compañía.

Altman retoma el control

Tras unas negociaciones frenéticas, el miércoles se cerró un acuerdo que certifica el regreso de Altman como director ejecutivo de OpenAI. La presión de inversores como Microsoft y de la opinión pública han forzado a la junta directiva a aceptar un pacto consolida el poder del joven inversor.

En poco más de dos días operativos, su cargo ha sido ocupado de forma interina por la ingeniera Mira Murati, directora de tecnología de la compañía e impulsora de ChatGPT, y por Emmett Shear, cofundador de la plataforma de vídeo Twitch.

El pasado viernes, poco después de ser despedido, Altman y Brockman empezaron a vender a los inversores la creación de una nueva 'startup' centrada en la IA, según supo 'The New York Times'. El lunes, el director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, anunció el fichaje de ambos para liderar un nuevo equipo de investigación en IA avanzada. El acuerdo del miércoles deshace todos esos movimientos.

Cambios en la junta

El nuevo acuerdo purga a Tasha McCauley y Helen Toner, dos de los miembros de la junta que decidió despedir a Altman. El único que seguirá en el nuevo consejo de administración es Adam D'Angelo, quien encabezó las negociaciones. Los otros dos miembros son Bret Taylor, codirector ejecutivo de la empresa de 'software' Salesforce, y Larry Summers, conocido por haber sido ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos entre 1999 y 2001. La nueva junta se queda sin mujeres, pero aún faltan puestos por concretar.

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