Investigación en marcha

La familia de una mujer de Valls denuncia que lleva cuatro meses desaparecida

La hermana de Mónica de la Llana García asegura que no se trata de una desaparición voluntaria y sospecha que alguien le ha hecho daño

Mónica de la Llana García. Desaparecida.

Mónica de la Llana García. Desaparecida. / Sos Desaparecidos

Guillem Sánchez

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Mónica de la Llana García es una mujer de 45 años que desapareció el 21 de julio de 2022, hace casi cuatro meses. Su hermana María Jesús explica que no denunciaron enseguida el caso debido a que Mónica ha sido siempre "una mujer independiente". Es madre soltera de un joven que se ha criado con los abuelos, en Valls, donde vive la familia afectada por esta desaparición.

De salud delicada, trabajos inestables de camarera y entusiasta de las fiestas de música alternativa, Mónica podía ausentarse durante periodos cortos, de como mucho cuatro o cinco días. Por eso cuando la madre de María Jesús le dijo que estaba preocupada porque Mónica no respondía al teléfono, María Jesús, de entrada, no quiso darle importancia.

Así pasaron algunos días hasta que, aconsejada por una amiga, ajustó el whatsapp para ver cuándo Mónica se había conectado por última vez. "Me quedé muy preocupada porque Mónica, que es de las que está todo el día conectada, no lo había hecho desde el 21 de julio y ya estábamos a principios de agosto", explica María Jesús. Consultando el Facebook comprobó también que no había publicado ninguna entrada desde el 18 de julio. "Y Mónica era muy activa en redes sociales".

La familia de Mónica denunció su desaparición a los Mossos d'Esquadra el 10 de agosto. Según María Jesús, los Mossos no han observado ningún rastro de vida de su hermana desde entonces. Ni ha usado sus tarjetas bancarias, ni ha comprado los medicamentos que necesita para el asma y los problemas de corazón que sufre.

La última persona que la vio con vida es "un novio", con quien mantenía una relación algo inestable según María Jesús, que reside en La Morera de Montsant (Tarragona), un pueblo de montaña. Los repetidores indican también que la última llamada que hizo Mónica fue a las 7.50 horas del 21 de julio. Y fue por esa zona y para hablar durante tres minutos con su novio. "No entiendo por qué llamó a su novio a esa hora si en teoría estaba con él", se pregunta extrañada María Jesús.

Interrogado por los Mossos, según María Jesús, este novio ha declarado que Mónica había pasado unos días con él, que esa mañana quiso marcharse y que él la acompañó a una estación de autobuses cercana, que la dejó ahí sobre las dos del mediodía y que iba a coger un autocar a Reus. "Pero el conductor del autocar no recuerda haberla visto, y Mónica tiene unas facciones muy reconocibles", dice su hermana.

El 13 de septiembre fue su cumpleaños y también el de su hijo –han nacido el mismo día–. Para la familia es demasiado extraño que Mónica guarde silencio ante una fecha así. El entorno de Mónica, que tampoco tiene noticias de ella, comparte la extrañeza de su familia.

Una amiga de Reus había quedado ese 21 de julio para comer con Mónica. Pero Mónica no se presentó. Los mensajes previos a aquella cita, que tiene la hermana en su poder, muestran que Mónica le dice a su amiga que, dado que su coche está en Valls, que "la bajarán en coche a Reus" para comer.

"Creemos que le ha pasado algo. Ojalá me equivoque, pero creo que algo ocurrió ese día", dice su hermana, que pide la colaboración ciudadana para dar con su hermana y ha pedido a la asociación de SOS Desaparecidos que haga un llamamiento para encontrarla. "No puede tratarse de una desaparición voluntaria porque operaron a mi madre y Mónica habría llamado para saber cómo estaba, estaba en trámites legales para que le reconocieran una invalidez y ya se había comprometido a trabajar de camarera a los pocos días", concluye María Jesús. "Esto es un sinvivir", lamenta.