Balance delincuencial

Uno de cada cinco arrestados por delitos de odio en Catalunya es menor de edad

Los Mossos impulsan la figura del alumno referente en cada escuela para que los compañeros cuenten con un semejante a quien también puedan acudir para avisar en caso de sufrir discriminación

Barcelona presenta una alfombra contra el odio LGTBI.

Barcelona presenta una alfombra contra el odio LGTBI. / JOAN CORTADELLAS

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las denuncias por delitos de odio en Catalunya aumentaron un 26% a lo largo de 2021 en comparación con el año anterior. En total fueron 496 las demandas presentadas por ciudadanos que acudieron a los Mossos d'Esquadra para manifestar que habían sido agredidos por su ideología, etnia, religión u orientación sexual. Fueron solo algunas menos que en 2019, cuando la policía catalana atendió a más víctimas: 524. Ese techo registrado hace dos años guarda relación con un contexto anterior a la pandemia y sin limitaciones en las interacciones sociales y, además, estrechamente ligado a la crispación política que desencadenó el 'procés'. En 2021 la proporción de denuncias de agresiones sufridas por ciudadanos debido a su ideología política en relación al resto de motivaciones ha sido sensiblemente inferior al 2018 y al 2019. En sentido contrario, las personas atacadas por su orientación sexual han sido más que nunca y ya suponen el 44% del total.

En 2010, año en que comenzó a contabilizarse el número de delitos de odio denunciados, se registraron 169 denuncias. En una década se ha triplicado esa cifra. Con todo, el incremento de los últimos años no necesariamente implica que hayan aumentado los hechos. Lo que podría estar detrás de este auge, en realidad, es que cada año hay más víctimas dispuestas a denunciarlos. Según la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el 80% de las personas que son atacadas por su orientación sexual, ideología, religión o creencias políticas, no confían en la policía para que lo resuelvan. "Atender bien al denunciante es tan importante como detener al agresor", ha defendido la inspectora de los Mossos d'Esquadra, Montserrat Escudé, durante la rueda de prensa de presentación de este balance delincuencial. Una lección que la policía ha asegurado haber incorporado. En 2019, tal como avanzó este diario, los Mossos crearon una unidad especializada en esta tipología delictiva.

Agresores menores

Escudé ha puesto el foco en el alto porcentaje de menores que han sido investigados el último año por protagonizar conductas de odio. Un 19% de los arrestados por la policía catalana no había cumplido lo 18 años y un 11% de las víctimas que acudieron a una comisaría para denunciarlos, tampoco. “Nos preocupa y no vamos a permitir que entre los más jóvenes se naturalicen este tipo de comportamientos”, ha subrayado Escudé, que además ha añadido que los delitos de odio, a pesar de que significan solo el 0,1% del total de hechos que se computan anualmente, conmocionan a quienes lo sufren y también causan una gran inquietud entre el resto de miembros del colectivo que comparten con la víctima el rasgo racial o social o la condición por la que esta ha sido atacada. Para combatir la tendencia, los Mossos, en colaboración con las escuelas catalanas, formarán a 190 alumnos de primero y segundo de ESO para que se conviertan en un referente en los centros educativos al que sus compañeros también puedan acudir en caso de sufrir episodios de discriminación en las aulas.

Ya se ha llevado a cabo una prueba piloto en un instituto de Girona y el proyecto se implanta actualmente en otros 38 centros educativos de toda Catalunya. Los Mossos forman a alumnos de primero y segundo de ESO para que impartan charlas a sus compañeros y ayuden a detectar casos de odio en su escuela. La intención de los Mossos es que al finalizar este curso ejerzan como tales ya 190 alumnos, siempre elegidos por el respectivo centro educativo en base a criterios como su capacidad de liderazgo.

Ataques contra el colectivo LGTBI

El colectivo con más denuncias, con un crecimiento sostenido en los últimos años, es el LGTBI, que cuenta con entidades sociales de apoyo que facilitan a las víctimas sacar a la luz estos casos: 62 en 2016, 89 en 2017, 75 en 2018, 119 en 2019, 143 en 2020 y 215 en 2021. Respecto a las investigaciones por casos vinculados al origen étnico, también siguen al alza: 108 en 2016, 134 en 2017, 99 en 2018, 135 en 2019, 132 en 2020 y 141 en 2021. Por el contrario, los casos de delitos de odio por orientación política, para los que los Mossos no detallan qué colectivos protagonizan más agresiones y cuáles son las víctimas, se han estabilizado tras tocar techo en los años cumbre del procés: 54 en 2016, 121 en 2017, 324 en 2018, 234 en 2019, 89 en 2020 y 104 en 2021.

Además, durante el pasado año hubo otros tres casos por odio a personas sin hogar, nueve por conductas contra creencias religiosas, siete por antisemitismo y cinco contra personas por su discapacidad física o psíquica.

En total, el pasado año los Mossos detuvieron a 116 personas y otras 330 fueron investigadas por estos casos. Se resolvieron el 75 % de las denuncias. Según los datos de los Mossos, del total de casos denunciados el pasado año, el 91 % se cometieron de forma presencial y el resto a través de las redes sociales y de internet, mientras que en el marco de eventos deportivos se interpusieron 59 denuncias por casos vinculados al odio y la discriminación.