coronavirus

El fiscal acusa al director y al médico de un geriátrico donde murieron 55 ancianos por el covid

El ministerio público atribuye al equipo directivo del centro Residencial Palau de "negligencia" y "falta de diligencia" en el cuidado y atención de los ingresados en el centro de Palau-solità i Plegamans

La residencia de ancianos Palau-solità, donde fallecieron 55 personas por el covid.

La residencia de ancianos Palau-solità, donde fallecieron 55 personas por el covid. / ELISENDA PONS

J. G. Albalat

J. G. Albalat

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La fiscala jefe del área de Sabadell, Neus Pujal, acusa a José Luis M. P., director del geriátrico Residencial Palau, en Palau-solità i Plegamans (Vallès Occidental) , y a Gian E. G., médico del centro, de "negligencia" y "falta diligencia" en el cuidado y la atención a los ancianos durante los primeros meses de la pandemia del coronavirus, en 2020. El equipo directivo y el personal de servicio, precisa la denuncia a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, no puso al servicio de los usuarios -personas "especialmente vulnerables"- los medios a los que "está legalmente obligado" e hizo "caso omiso" a las recomendaciones de la Generalitat. En este geriátrico fallecieron 55 residentes desde el 14 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma, hasta el 1 de mayo, cuando se efectuó una inspección.

La fiscalía solicita que se agrupe en una misma causa todos los procesos judiciales abiertos por las muertes por covid en esta residencia y que fueron impulsados por las familias de los fallecidos. El ministerio público atribuye al director y al médico del geriátricos los delitos de abandono de persona necesitada de especial protección y de omisión del deber de socorro.

La investigación previa de la fiscalía y de los Mossos sacó a relucir que antes de estallar la pandemia, la inspección había detectado anomalías "importantes" en la residencia, lo que dio lugar a la incoación de un expediente sancionador por "reiterado" incumplimiento de las condiciones relativas a la salud, así como por no adoptar las decisiones necesarias para prevenir lesiones. Según la acusación pública, la pandemia "agravó" la situación y "multiplicó las deficiencias".

Las primeras defunciones en la residencia se produjeron en marzo de 2020. Los trabajadores desvelaron que el geriátrico funcionaba igual que antes de decretarse el estado de alarma. Los residentes, a pesar del covid, compartían espacios comunes y no llevaban la mascarilla, cuando las recomendaciones eran las de restringir al máximo los contactos y la movilidad entre plantas y suspender las actividades grupales.

Fiesta en plena pandemia

La denuncia detalla que, incluso, el 19 de marzo se celebró en el centro el aniversario de una anciana, en la que participaron otros ingresados y personal del geriátrico. Y eso, a pesar de que un día antes se había tenido conocimiento de la existencia de un sospechoso de covid. La fiscala subraya que todo ello "contribuyó a multiplicar" los casos de posibles infectados.

Según la fiscalía, las medidas de prevención "eran deficientes" y no "eran suficientes". Un ejemplo, el personal del geriátrico si contaba con de equipos de protección, pero, según la acusación, "no los utilizaban correctamente". Tuvo que ser el Equipo de Asistencia Primaria (EAP) de Palau-solità quienes propusieran mejorar la higiene. Desde la necesidad de cambiarse o quitarse los guantes, a cambiar el delantal a cada paciente o la desinfección de los termómetros. Advirtieron de que si no corregían su actitud, no visitarían a los ancianos.

Al estallar la pandemia, incide la denuncia, el canal de información con las familias "era poco transparente". En el casos de traslados al hospital, la "demora" era "injustificada". Opacidad, explicaciones "contradictorias", denegación de videoconferencia cuando el anciano se estaba muriendo y retraso sin motivo en la comunicación de los fallecimientos a los allegados, son las quejan que invocan los familiares y que son recogidos por la fiscalía.

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