Lo que sabemos y lo que no
del accidente de Montcada

Un tren ha impactado por detrás con otro que estaba detenido en la estación de Montcada i Reixac-Manresa

El choque de dos trenes el miércoles 7 de diciembre por la mañana en la estación de Montcada i Reixac-Manresa ha dejado un reguero de 155 heridos leves y ha vuelto a poner el foco en la precariedad de la red de Rodalies de Catalunya.

El accidente supone la enésima herida de un municipio "trinchado" por 15 kilómetros de vías, en las que han muerto 176 personas atropelladas en los últimos 40 años. Más allá de la tormenta política que ha desatado el siniestro a cuenta de la seguridad y la infrafinanciación del servicio, el suceso ha provocado la apertura de una investigación que arrojará luz sobre lo sucedido y que, por ahora, lanza más dudas que certezas sobre por qué un tren que circulaba tan lentamente ha podido colisionar por detrás con otro que estaba parado en la estación.

De momento, esto es lo que sabemos (y lo que no)

El siniestro

En el accidente se han visto afectados dos trenes que efectúan el servicio de la línea de Rodalies R-4.

El primer convoy, de la serie 447, había salido de la estación de Terrassa a las 07.20 horas con destino Castellbisbal, mientras que el segundo, de la serie Civia, lo hizo seis minutos después, a las 07.26, desde la misma estación de Terrassa pero con destino L'Hospitalet de Llobregat.

A las 7.50 se produjo la colisión. Mientras el primer convoy estaba parado en la estación de Montcada i Reixac - Manresa, el segundo convoy colisionó con este por detrás.

A consecuencia del accidente, a los ya habituales retrasos e incidencias ferroviarias que endémicamente afectan al servicio de Rodalies, se ha sumado una nueva afectación en la que se han visto directamente alteradas las líneas R-4, R-7 y R-12, en ambos sentidos hasta mediodía.

El primer tren estaba parado en el apeadero de Montcada i Reixac - Manresa, en sentido Barcelona. En ese momento bajaban y subían pasajeros al tren.

El segundo convoy ha llegado por detrás y ha chocado contra la parte trasera del tren estacionado.

La llegada al apeadero en dirección Barcelona se encuentra tras una curva y el paso bajo el viaducto de la autopista C-33 y el puente de la R-3.

¿Cómo ha podido pasar?

Entre las posibles causas del accidente se apunta a la mala visibilidad de la curva que antecede a la estación en un día con niebla densa.

Justo antes de llegar a la estación hay un semáforo que cuando está en rojo permite a los maquinistas continuar circulando mientras realizan la llamada 'marcha a la vista'.

Esta maniobra se lleva a cabo en aquellos puntos conflictivos de la vía ferroviaria, y que ya vienen señalizados a tal efecto, e impone al maquinista la obligación de avanzar con prudencia, regulando la velocidad de acuerdo con la parte de vía que aparece por delante, de forma que sea posible detener el tren ante cualquier obstáculo visible desde la cabina de conducción o ante una señal de parada.

Aun así, el segundo tren ha acabado colisionando a muy baja velocidad con el convoy que le precedía.

La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ha confirmado que el maquinista ha entrado en el apeadero con la "maniobra de frenado a la vista". Según la ministra, se trata de una maniobra muy común que se realiza en esta y otras estaciones. En este sentido, Sánchez también ha descartado que la espesa niebla con la que se ha levantado la zona esta mañana haya podido tener algo que ver.

Los heridos

A la hora del accidente, una de las más concurridas en día laborable, en los dos convoyes viajaban unas 1.300 personas.

En momento del impacto algunos viajeros del primer tren se encontraban aún bajando o subiendo a los vagones antes de que este continuase su trayecto.

El accidente ha provocado 155 heridos leves, 39 de los cuales han sido atendidos en centros hospitalarios o de atención primaria.

Las incógnitas

Aunque todo parece que confluyeron una serie de circustancias que provocaron una "tormenta perfecta", lo inusual del accidente lleva a poner sobre la mesa una serie de preguntas que deberán resolverse tras la investigación que ya está en curso.

¿Circulaba el segundo convoy a velocidad suficientemente lenta ante esta situación?

Sabemos que, cuando el tren impactó, el maquinista estaba realizando la maniobra 'marcha a la vista' a una velocidad más lenta de la máxima permitida para acceder al apeadero. No obstante, hay que tener presente que el tren circulaba por un punto con muy mala visibilidad porque se trata de la entrada en una curva en la que había una densa niebla.

¿Estaba la estación bien señalizada?

La aproximación al apeadero de Montcada i Reixac - Manresa desde la estación de Montcada - Santa Maria contiene toda la señalización correspondiente para este tipo de trayectos, incluyendo una señal de 'parada permisiva' que sucede cuando el semáforo intermedio se encuentra en rojo y viene acompañado de un cartel con la letra 'P'.

En este caso, la señal obliga a efectuar una parada y reanudar la marcha a una velocidad no superior a 40 km/h hasta llegar a la señal siguiente, cualquiera que sea su indicación, tal y como estipula el Reglamento de Circulación Ferroviaria.

¿Los conductores habían sido informados de que un tren estaba parado en la estación?

Esta es una de las incógnitas que se resolverán con el análisis de las cajas negras.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Helena López Vallejo
Infografía:
Francisco José Moya,
Ramon Curto, Ricard Gràcia
Coordinación:
Ricard Gràcia