Fenómeno importado de EEUU

Ellos casual y ellas de gala: la presión estética de las fiestas de graduación escolares se ensaña con las chicas

“Ellas quieren agradar y formar parte del grupo y buscan un vestido sexy y zapatos de tacón”, explica Marta Pontnou, asesora de imagen y activista

Chicas con vestidos de fiesta

Chicas con vestidos de fiesta / 123RF

Olga Pereda

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Padres que acuden a una tienda para alquilar un traje con corbata a su hijo y madres que compran espectaculares vestidos de noche a sus hijas. También hay chavales que se ponen camisetas y pantalones cortos, pero el vestuario informal se ha convertido en un 'rara avis' especialmente entre las chicas. Muy a menudo, las fiestas de graduación en colegios e institutos son ya poco menos que una pasarela de moda, con el riesgo que conlleva. No en la salud física, pero sí en la emocional. La adolescencia es una etapa vital compleja en la que la autoestima y del desarrollo cerebral no está del todo construidos. Y una vez más, son las chicas las que soportan una mayor presión estética. Ellos también dado que se ven obligados a mostrar unos abdominales perfectos y un pelo moderno e impecable. Pero la presión física es siempre mayor en ellas.

“Ellas quieren agradar y formar parte de un grupo. Van a buscar un vestido sexy, con el que enseñar cuerpo y marcar figura. Y, claro, con zapatos de tacón porque nos han metido en la cabeza que es una prenda que adelgaza, estiliza y estira las piernas. Pero el tacón es un invento del patriarcado, eres la misma persona con tacones que sin ellos”, explica Marta Pontnou (@thepontnouagency), asesora de imagen y activista contra la presión estética.

La especialista destaca que los varones también reciben presión, especialmente por el estado de sus abdominales, pero ellos no son tan juzgados como ellas. "A las chicas se les ha enseñado que la mujer es siempre joven, guapa y delgada", critica.

Modelos cómodos

Pontnou recuerda que sentirse sexy y guapa no está reñido con el feminismo, pero aconseja a todas las chicas que se están graduando estos días que opten por un modelo (zapatos incluidos) cómodo con el que se sientan bien. “Sentido común y comodidad. Y también no obedecer a los cánones de belleza impuestos. Vivimos en una sociedad gordofóbica y la batalla está complicada por no decir perdida, pero deberíamos abrazar la diversidad”, insiste la asesora de imagen.

"La graduación parecía una pasarela de moda. A mi hija no le pega nada entrar en esa rueda, pero se sintió presionada. Me da mucha rabia"

— Sonia, madre de una alumna de 4º de ESO recién graduada

“No doy crédito con los modelos que llevan algunas chicas”, explica Sonia, madre que no asistió a la graduación de 4º de ESO de su hija pero que vio las fotos del evento, en un instituto de Barcelona. “Parecía una pasarela. A mi hija no le pega nada entrar en esa rueda, pero se sintió presionada. Me da mucha rabia”, confiesa.

Eso es, precisamente, el caballo de batalla de activistas como Marta Pontnou. “Cuando una chica elige un modelo así, ¿por qué lo hace? ¿Ella lo quiere de verdad o se lo impone la presión del entorno?”, pregunta.

Brecha generacional

La especialista se muestra especialmente preocupada porque, si bien la generación anterior luchó con uñas y dientes para aupar el feminismo y derribar las ideas preconcebidas sobre la estética, las niñas de 15 y 16 años hasta los 20 están sufriendo una regresión. “La revolución de las mujeres parece que es nuestra, la generación de las que ahora son madres, pero no de las adolescentes”, detalla. Aquí aparece un nuevo problema: por más que una mujer intente explicar a sus hijas que lo mejor es que se vista como se sienta más cómoda y mejor, las adolescentes están en una edad en la que la figura de los padres y las madres queda atrás. Ahora sus referentes son sus iguales, las chicas de su clase.

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