Enfermedades

La enfermedad de Lyme, transmitida por garrapatas, se oculta en otras dolencias

Los médicos sospechan que se camufla en diagnósticos de fibromialgia, fatiga crónica o enfermedades autoinmunes

¿Qué es la enfermedad de Lyme? ¿Qué síntomas tiene?

Una garrapata sobre la piel de un animal.

Una garrapata sobre la piel de un animal.

Rafa López

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A la enfermedad de Lyme, transmitida principalmente por garrapatas, la llaman “la gran imitadora”, porque sus síntomas se confunden con los de otras muchas enfermedades: fibromialgia, fatiga crónica, enfermedades neurodegenerativas (párkinson, ELA) o enfermedades autoinmunes (Crohn, artritis reumatoide, esclerosis múltiple). La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) sospecha que muchos pacientes diagnosticados con estas enfermedades son, en realidad, casos cuyo origen es la enfermedad de Lyme. Es una infección causada principalmente por la bacteria Borrelia burgdorferi que puede afectar a varios e incluso todos los órganos y tejidos, y especialmente al sistema locomotor y al nervioso. Los síntomas pueden tardar en aparecer meses o años, lo que dificulta el diagnóstico y puede llevar a un tratamiento ineficaz o contraindicado.

La enfermedad de Lyme no fue reconocida como una entidad separada hasta 1976, debido a un brote en niños en el área de la localidad de Lyme (Connecticut, EEUU) que se creía que padecían artritis reumatoide juvenil.

El aumento de las temperaturas por el cambio climático y el incremento de los animales hospedadores, como jabalíes, ciervos y conejos, ha hecho que se dispare el número de garrapatas. De ahí que médicos de Primaria y especialistas de la Fundación SOS Lyme hayan lanzado una campaña para advertir del riesgo de las mordeduras de este artrópodo y proporcionar pautas sobre cómo protegerse de él y cómo extraerlo con seguridad.

Las hospitalizaciones por Lyme casi se triplicaron (191,8% más) en España en los últimos años, según el Centro Nacional de Epidemiología. La incidencia ha aumentado en todas las comunidades, salvo en Extremadura, con Navarra, Cataluña, País Vasco y Murcia a la cabeza de ingresos hospitalarios.Y aunque han contribuido a divulgarla algunos casos en personajes famosos –como la cantante Avril Lavigne, el actor Alec Baldwin y el presentador Jorge Fernández–, la enfermedad todavía es una gran desconocida.

Entre sus síntomas están el dolor de cabeza, dolores articulares y musculares, erupción cutánea, fatiga, fiebre, dificultad de coordinación, parálisis facial, latidos irregulares del corazón y pérdida de audición. Si no se aplican medidas de contención temprana, puede derivar en un Lyme crónico y grave, que puede causar incluso la muerte. Un diagnóstico en una etapa temprana y la prescripción adecuada de un tratamiento antimicrobiano suelen evitar el ingreso hospitalario.

Un estudio publicado recientemente en la revista 'Veterinary Sciences' advierte que las garrapatas no solo habitan bosques, sino también parques y jardines. De ahí que los propietarios de perros y gatos deban estar atentos a posibles molestias de sus mascotas al regresar del exterior, especialmente si han estado en contacto con hierba y arbustos.

Si se detecta una garrapata, debe extraerse con un giro rotatorio mediante unos ganchos especiales. Si se ejerce presión sobre la garrapata, ya sea con pinzas o con dedos, “existe el riesgo de que las bacterias de su sistema digestivo se introduzcan en la sangre”, explica el doctor Mariano Bueno, presidente de SOS Lyme.

El veterinario Germán Quintana recomienda para perros y gatos productos que contengan isoxazolina, una molécula disponible desde hace unos años y muy eficaz para la prevención y el control de infestaciones por pulgas y garrapatas. No es un repelente, por lo que pueden utilizarse en combinación con éste para reducir aún más la probabilidad de que las garrapatas se fijen a la piel.

Quintana recalca que para que una garrapata pueda transmitir una enfermedad debe pasar muchas horas encima del hospedador, humano o animal. Tuvo un cliente que llevaba tres meses con cansancio y dolor en las articulaciones, algo que atribuyó a la Covid-19, incluso después de varios test negativos.

Sin embargo, tiempo después, y tras informar a los médicos de que tuvo un enrojecimiento en forma de ojo de buey (una mancha roja rodeada por un anillo enrojecido, el 'eritema migrans', que aparece hasta en un 80% de los casos), le dijeron que probablemente tenía enfermedad de Lyme. Acostumbraba a dar paseos con su perro por el monte y tenía a otros dos miembros de su familia con el mismo cuadro.

Para evitar, en la medida de lo posible, el riesgo de mordedura, la campaña de los médicos de familia y la Fundación SOS Lyme recomienda salir al campo con pantalones largos, sudaderas de manga larga y botas. Es un atuendo que puede ser incómodo en días de calor intenso, por lo que aplicar un repelente en piel y ropa puede ser una buena opción. Además, tras caminar por el monte la piel debe revisarse en lugares como el pelo, las orejas, el abdomen, las ingles y detrás de las rodillas.

“La buena noticia es que la enfermedad de Lyme se puede llegar a curar si se actúa a tiempo. Pero en muchos casos es un camino largo, duro y costoso, tanto para el paciente y familiares cercanos, como para los médicos que la tratamos”, dice el doctor Mariano Bueno.

Crimea-Congo, otra amenaza “de ocho patas”

Además de la borreliosis de Lyme, las garrapatas pueden transmitir otras enfermedades, como anaplasmosis humana, rickettsiosis, neoehrlichiosis, babesiosis y fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Según la Organización Mundial de la Salud, el Crimea-Congo es una enfermedad causada por un virus (Nairovirus) originario de África transmitido por garrapatas. Causa graves brotes de fiebre hemorrágica, similar al ébola, con una tasa de letalidad del 10%-40%, y es transmisible entre personas. Desde 2013 se han detectado en España 12 casos humanos de Crimea-Congo, una cifra que parece baja, pero la enfermedad está considerada como emergente en España. El mapa de riesgo, basado en el ciervo (animal reservorio que no padece la enfermedad), indica que el suroeste peninsular es la zona de mayor probabilidad de infección, aunque Galicia tiene zonas de riesgo en la provincia de Lugo y en el interior de la de A Coruña.

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