Sanidad pública
Los MIR denuncian que los médicos adjuntos les dejan solos durante las guardias de urgencias
Un sondeo realizado a 3.000 residentes de 25 hospitales madrileños apunta que en 14 de ellos trabajan sin supervisión
Los médicos se movilizan en contra las guardias de 24 horas: "No podemos más"
Patricia Martín
Periodista
Escribo en la sección de Sociedad, normalmente sobre temas sanitarios, de mujeres, violencia machista, infancia o consumo; aunque también he trabajado en otras secciones de El Periódico, como Política o Tribunales. Mi trayectoria profesional comenzó en medios locales, incluida una emisora regional de la 'Cadena Ser', y trabajé también para 'El País' y 'Cinco Días'.
Un grupo de médicos residentes (MIR) ha realizado un estudio encaminado a demostrar que los servicios de urgencia de los hospitales "son la máxima expresión de la explotación laboral" de los facultativos en formación, dado que los especialistas, sobre todo por las noches, "se van a dormir y les dejan solos".
Esta práctica, que según uno de los autores del sondeo, Juan Carlos Lorite, es "generalizada" por toda España, tiene un doble inconveniente: por un lado, los médicos MIR dejan de recibir la formación que precisan y, lo que es más preocupante, en un lugar donde acuden pacientes graves e inestables se pone "en riesgo sus vidas", porque "cualquier fallo de supervisión puede suponer un desenlace fatal e inaceptable". "La supervisión de los adjuntos desde la cama, mientras duermen, no es supervisión”, denuncia Lorite, que es residente de segundo año de Endocrinología y Nutrición.
Los denunciantes han difundido en redes sociales un 'mapa de la vergüenza' para exigir que se hagan cambios en las guardias
El sondeo, elaborado con las respuestas de 3.045 residentes de 25 hospitales madrileños, concluye que en 14 de los centros analizados, por tanto, más de la mitad, los médicos internos residentes trabajan sin una supervisión continuada, de forma que atienden a pacientes y dan altas ellos solos. En los 11 restantes, en todo momento hay al menos un médico especialista presente en el servicio de urgencias durante toda la noche, de manera interrumpida.
Incumplimiento legal
La investigación muestra que, aunque hay centros que actúan correctamente, "la mayoría de residentes carecen de supervisión directa y accesible del adjunto, tal como marca la ley". El incumplimiento es especialmente flagrante en el caso de los internos que realizan su primer año de formación, dado que el real decreto 183/2008 indica que la supervisión de los denominados R1 tiene que ser en todo momento presencial.
Pero, en muchas ocasiones, según Lorite, son los residentes de cursos superiores los que ejercen de tutores, pese a que "no tienen ni la competencia ni la formación necesaria". "En la mayoría de hospitales donde hemos visto que se trabaja sin supervisión continúa hay residentes de primer año", añade. Y, en su opinión, también se incumple la ley con los residentes mayores "porque ninguna ley permite que los servicios de urgencias se queden sin especialistas".
"Muchos MIR tienen miedo de despertar al adjunto por temor a recibir una bronca o ser señalizado por no saber manejar cierta patología"
Los promotores del estudio han elaborado un gráfico con los resultados que han titulado ‘el mapa de la vergüenza’ y han difundido en las redes sociales para exigir que se hagan cambios en las guardias.
Precisamente, la ministra de Sanidad, Mónica García, se ha hecho eco de la reivindicación médica y se ha comprometido a impulsar un cambio de modelo para que las guardias sean de máximo 17 horas.
La tensión
Tradicionalmente, los médicos MIR son los que realizan más guardias al mes y, como denuncian con esta investigación, los que se ocupan, en solitario, de muchos pacientes durante la noche. "Es inaceptable que los adjuntos duerman un promedio de seis a ocho horas mientras los residentes no duermen nada o un máximo de dos horas, por ello algunos adjuntos no tienen problema con la existencia de guardias de 24 horas, incluso en servicios tan sobrecargados como las urgencias", continúa Lorite.
Es frecuente, añade, que un médico residente se pregunte durante la noche si el paciente está tan grave como para llamar al especialista. "Vivimos situaciones de muchísima tensión, debido a que muchos residentes tienen miedo de despertar al adjunto por temor a recibir una bronca o ser señalizado por no saber manejar cierta patología".
Por todo ello, los médicos MIR solicitan que las guardias sean de un máximo de 12 horas, un modelo implantado ya en otros países, con un máximo de tres al mes y con presencia física de al menos un adjunto en las urgencias en todo momento.
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