Violencia en la sanidad

Una enfermera acosada en Bellvitge: "Nos animan a denunciar, pero luego la víctima es la que se tiene que esconder"

La sanitaria, de baja, denuncia haberse sentido desamparada tras sufrir agresiones verbales durante meses de un técnico de ambulancias del que fue pareja

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El Hospital de Bellvitge.

El Hospital de Bellvitge.

Germán González

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"La forma en que te mira me hace sentir incómoda incluso a mí". Este comentario, hecho por una compañera de trabajo, fue el primero que alertó a una enfermera de Bellvitge de que podía estar sufriendo acoso. La frase se refería a la actitud de un técnico de emergencias sanitarias con el que coincidía en la unidad de urgencias de este centro sanitario y que, hasta ese momento, no le decía nada. Primero solo la miraba, pero llegó un día en el que sacó todo su resentimiento hacia ella.

Durante tres años, la enfermera y el trabajador de la empresa Falck Ambulancias habían tenido una relación. Luego ella decidió dejarlo. Los dos se veían casi a diario en el trabajo y ella –para evitar su reacción, ya que temía que no se lo iba a tomar bien– decidió cortar toda comunicación con él, coincidiendo con las vacaciones de verano. Era mediados de 2022 y no volvieron a encontrarse en Bellvitge hasta meses después.

"En ese tiempo no me envió ningún mensaje. Luego me enteré de que había pasado con la ambulancia cerca de donde vivía y que preguntaba por mí a amigos comunes: yo lo tenía bloqueado", explica a este diario la enfermera, que prefiere preservar el anonimato. Al volver a trabajar, sus compañeros siempre la alertaban por si el técnico de ambulancias aparecía y nunca se quedaba sola.

Al principio, cuando coincidían, él no le decía nada: únicamente la miraba de una forma que "hacía incomodar a todo el mundo". La enfermera empezó a sufrir por la situación, aunque le "quitaba importancia" y "confiaba en que se le pasaría". Sin embargo, el 9 de febrero de 2023 todo cambió. "Ese día no pudo más, se acercó a mí y, pese a que había compañeros suyos delante, empezó a decirme lo mala persona que era y si me consideraba 'valiente' por bloquearlo y no hablarle –explica–. También me dijo otras cosas peores".

Ansiedad por ir a trabajar

Ese fue el inicio del calvario que cuenta la sanitaria. Durante meses, casi cada día, explica que la acosaba en urgencias y que la increpaba mientras trabajaba, aunque nunca se quedó a solas con él. Esta situación provocó que ella no pudiera dormir y sufriera ansiedad por tener que ir al día siguiente a trabajar sabiendo que se lo podía encontrar. Pese a esto, lo peor aún estaba por llegar.

El 29 de julio del año pasado, ella se encontraba en urgencias cuando vio que entraba su expareja junto a un compañero. Pidió a otra trabajadora que atendiera a los pacientes y ella accedió a un despacho cercano para calmarse. "Me siguió y me dijo que era lo peor, que había arruinado su vida –recuerda–. Me acosó hasta que pude salir. Tuve ataques de pánico y de ansiedad".

A partir de ese día empezó a buscar ayuda: "Estaba rota por dentro". Desde el Departamento de Igualdad de Bellvitge se hizo seguimiento del caso y ella contactó con su ambulatorio para recibir atención médica y psicológica en el Servicio de Información y Atención a las Mujeres (SIAD). Tras 9 años trabajando en el hospital, acabó pidiendo la baja laboral. También contactó con los Mossos d'Esquadra, que le recomendaron denunciar, como al final hizo. La juez no aceptó la orden de alejamiento que la sanitaria pidió, aunque ha recurrido a la Audiencia de Barcelona.

Cambio de destino

"Nos animan a presentar una denuncia, pero luego la víctima es la que tiene que esconderse", explica la enfermera, quien lamenta también "la falta de apoyo de algunas administraciones". Ella asegura que ha tenido que cambiar su día a día y sus relaciones, y que, por miedo, incluso se ha planteado dejar el piso en el que vive.

De hecho, el procedimiento administrativo que había cursado, vía Generalitat, resolvió que el técnico no podía entrar en el centro sanitario. Ahora ella quiere volver a reincorporarse a Urgencias, su pasión, pero mantiene que el hospital la quiere cambiar de destino en lugar de alejarla del servicio de cribaje –donde ella trabajaba– o poner medidas de seguridad"

A preguntas de este diario, el Hospital de Bellvitge ha explicado que "se han tomado todas las acciones pertinentes para proteger a la profesional" y que se le "han ofrecido opciones de volver protegiendo al máximo posible su seguridad". Ella, sin embargo, afirma que no se siente segura, ya que algunos compañeros han visto al técnico de ambulancias en los accesos de Urgencias.

Tampoco quiere cambiar de destino: "Parece que soy yo la que ha hecho algo malo, cambias tu vida por miedo y no debe ser así". En este sentido, asegura que responsables del centro le han llegado a decir que en otros casos de acoso la víctima "se había ido del país". "Yo no quiero renunciar a nada más", añade. También ha lamentado que la compañía de ambulancias no cambie de destino al trabajador, ya que sigue prestando servicios cerca del hospital y de la zona de residencia de ella. "Tengo hasta miedo de pedir una ambulancia para mí o para mis padres, porque podría aparecer".

Investigación interna de Falck

Por su parte, la dirección de Falck Ambulancias asegura que, cuando el 29 de julio del año pasado, supieron del incidente entre la sanitaria y el técnico, aplicaron el protocolo interno y apartaron cautelarmente al trabajador de la zona que ofrece el servicio a Bellvitge. Ahora, afirman, está destinado a otros centros sanitarios del Baix Llobregat, aunque es posible que, puntualmente, deba ir a este hospital. También afirman que el centro sanitario nunca les trasladó la existencia del procedimiento administrativo según el cual el hombre no podía acceder al centro sanitario y que solo supieron de él cuando el trabajador acudió a Bellvitge el 2 de febrero pasado para el traslado de un paciente y no se le permitió entrar.

A partir de ese día, Falck decidió ampliar el protocolo: ahora el trabajador no puede ir a Bellvitge y, en caso de un traslado, debe ser su compañero quien entre a urgencias, mientras él espera en el vehículo. En caso de no tener un compañero cerca, debe desplazarse un supervisor de la empresa.

También han abierto una investigación interna en la que el trabajador explicó que un juzgado no había aceptado una orden de alejamiento interpuesta por la sanitaria, aunque ahora está recurrida. Esta investigación sigue abierta y están pendientes de hablar con el hospital para saber las razones por las que no contactaron con ellos para trasladarles la prohibición del acceso de su trabajador.

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