Verano 2022

Condenado a 15 años de prisión el hombre que asesinó a un joven a navajazos en Masarac (Girona)

El procesado atacó a la víctima con un cuchillo de cocina que había ocultado previamente a su cama, según él por "una pela por la limpieza del hogar"

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El condenado por asesinar a navajazos a un joven en Masarac, antes de declarar ante el jurado popular

El condenado por asesinar a navajazos a un joven en Masarac, antes de declarar ante el jurado popular / Marina López / ACN

ACN

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La Audiencia de Girona ha impuesto 15 años de prisión a Omar Dembelly, el hombre que mató a nazajazos un joven con quien compartía habitación en una casa donde convivían temporeros en Masarac (Alt Empordà) el 31 de agosto del 2022.

Siguiendo el veredicto del jurado popular, que lo declaró culpable, el tribunal el condena como autor de un delito de asesinato. La sentencia acuerda la expulsión del procesado, que es de origen gambiano, una vez cumplidas tres cuartas partes de la condena o cuando acceda al tercer grado o a la libertad condicional. El tribunal concluye que el hombre atacó la víctima a traición, utilizando un cuchillo que había escondido previamente, y que no tuvo ninguna posibilidad de defenderse.

Atenuante por confesión

La sentencia de la sección tercera de la Audiencia de Girona, de la que sido ponente la magistrada-presidenta Fátima Ramírez Souto, recoge el veredicto del jurado popular que declaró Omar Dembelly culpable de asesinato con la atenuante de colaboración con la justicia porque confesó los hechos.

El jurado popular avaló la tesis del fiscal, Víctor Pillado, que, en base a las pruebas y a los testigos, sostenía que el procesado atacó la víctima con un cuchillo de cocina, que había ocultado previamente a su cama, y que el joven no tuvo ninguna posibilidad de defenderse.

Una casa de temporeros

Acusado y víctima eran de origen gambiano y vivían en una casa situada en la calle Mont número 9 de Masarac donde también convivían otros compañeros que, como ellos, trabajaban como temporeros en la vendimia.

La sentencia concluye que, hacia las 20.45 horas del 31 de agosto del 2022, el acusado le asestó dos puñaladas en la región subclavicular izquierda. Las cuchilladas le acabaron perforando el lóbulo superior del pulmón y le provocaron la muerte de manera "inmediata".

"Para eliminar cualquier reacción defensiva y asegurar la consecución de su propósito, el acusado sacó por sorpresa un cuchillo de grandes dimensiones, que había escondido previamente, y blandiéndolo, arrinconó la víctima contra una de las esquinas de la habitación, impidiéndole así la salida, y le clavó dos veces", considera probado la sentencia.

Crimen con alevosía

La Audiencia considera que cometió el crimen con alevosía porque la víctima iba desarmada: "Colocaba el agresor en una ventaja innegable o superioridad ante la víctima para asegurar el resultado mortal que finalmente se produjo". Pero es que además, subraya la sentencia, el procesado "privó a" la víctima de defensa cuando lo atacó "arrinconándolo contra la pared en un espacio muy pequeño".

Una pelea por limpieza del hogar

Al juicio, el acusado reconoció ser el autor de las cuchilladas pero negó que actuara a traición o que tuviera el crimen premeditado. Según su versión, él y la víctima tuvieron una disputa previa porque, durante la limpieza de la habitación, había desaparecido ropa suya. La discusión fue subiendo de tono y los dos hombres quedaron para "pelearse" en un campo junto al lugar donde vivían y la víctima no llegó a la hora acordada.

Dembelly sostenía que, cuando finalmente la víctima llegó al domicilio, lo increpó y le lanzó un primer puñetazo en el ojo. Argumentó que respondió a la agresión atacándolo con el cuchillo "para defenderse" y sin intención de matarlo. El jurado no se creyó su relato porque no tenía ninguna lesión compatible con el supuesto puñetazo y ninguno de los testigos sintió ninguna pelea previa. De hecho, uno de los testigos declaró que solo pasaron "30 segundos" entre la entrada de los dos hombres en la habitación y el grito de la víctima pidiendo auxilio, ya herido de muerte.

El jurado, tal como recoge la sentencia, sí que consideró probado que, después del apuñalamiento, el procesado pidió al resto de habitantes de la casa que avisaran la policía y se esperó al exterior hasta que llegaran las primeras patrullas: "Se entregó y entregó el cuchillo a la policía".

La Audiencia le impone 15 años de prisión y resuelve sustituir la condena por la expulsión del país una vez cumplidas tres cuartas partes de la pena o cuando lo procesado acceda a la libertad condicional o el tercer grado. Le prohíbe volver al país durante 10 años.