Las cinco versiones de Dani Alves: de encontrarse el baño ocupado a utilizar el alcohol como atenuante

Primera versión: encuentro fortuito

A través de un vídeo enviado a Antena 3, el futbolista brasileño asegura que cuando llegó al baño de Sutton, este estaba ocupado. Añade que no tenía por qué saber que había alguien dentro y que de ninguna manera conocía a esa mujer [la víctima]. Sin embargo, cuando llega a declarar cambia de versión porque "no tenía ni pies ni cabeza"; según palabras de Guillem Sánchez.

Segunda versión: no ocurrió nada

Más tarde, dice que fue al baño y, mientras se encontraba dentro, llegó la denunciante. De esta manera, se produce la primera de las muchas contradicciones que manifiesta Alves durante el proceso, puesto que en el vídeo anterior daba una versión totalmente distinta, además de que el minutaje muestra que estuvo dentro del servicio por más de un cuarto de hora. Esto sorprende al jugador, ya que a él le constaba que las autoridades creían que solo había permanecido unos segundos. Con todo, el internacional con la Selección de Brasil insiste en que no ocurrió nada, simplemente se puso a hacer sus necesidades.

Tercera versión: sexo oral

De nuevo, algo no cuadra en este nuevo relato: ¿qué hacía la víctima de mientras? "Nada", asegura el futbolista. De nuevo, la defensa del brasileño se desmorona cuando le desvelan que hay muestras de semen recogidas en el baño la misma noche de los hechos, por lo que termina reconociendo que la chica le practicó una supuesta felación, pero que había querido protegerse de una supuesta infidelidad a su mujer.

Cuarta versión: sexo consentido

Las pruebas de ADN revelan que los restos biológicos hallados en el cuerpo de la víctima son del jugador, por lo que este se ve obligado a prolongar su serie de contradicciones. Esta vez sí que reconoce que hubo sexo con penetración con la joven, aunque asegura que se dio de forma consentida y que no lo había contado antes para "proteger el honor de la víctima".

Quinta versión: estado de embriaguez

La última hasta la fecha. Ninguna de las cuatro declaraciones anteriores casa con las pruebas de la investigación, que sí lo hacen con el relato de la víctima. Con todo, la defensa del brasileño recurre al alcohol como atenuante alegando que no era consciente de sus actos debido a su estado de embriaguez. Para corroborarlo, el acusado recurre a dos pruebas: el tíquet de consumición que el jugador habría validado para adquirir bebidas alcohólicas dentro del local, y el testimonio de su todavía mujer, la modelo Joana Sanz, a quien habría llamado mientras estaba borracho.