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La Tierra se derrite en un inicio de octubre inédito

Desmayos y sangrados: suspensión de las clases en Canarias por el calor

2023, a punto de convertirse del año más cálido jamás registrado

Suspendidas las clases en Canarias el miércoles y el viernes por la ola de calor.

Suspendidas las clases en Canarias el miércoles y el viernes por la ola de calor. / EFE

Andrea Arnal / Marc Masip (Verificat)

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La temperatura del planeta está desbocada. La Tierra cerró hace 15 días su septiembre más cálido desde que hay registros: con una media de 16,38 °C, batió la marca anterior por medio grado, un salto que tiene a los científicos desconcertados. La temperatura global lleva superando récords de calor diarios ininterrumpidamente desde el 15 de agosto, según datos provisionales de la Universidad de Maine, en Estados Unidos.

El mercurio no hizo historia en el conjunto de España que, con una media de 20,2 °C, ocupa el puesto 16 en el ranking de los septiembres más calurosos desde que hay registros. Sin embargo, las temperaturas aumentaron abruptamente a final de mes, y la tendencia al alza se ha mantenido en el comienzo de octubre: durante cada uno de los días entre el 29 de septiembre y el 8 de octubre, las medias estatales batieron los récords cálidos para cada fecha, en lo que ha sido un episodio “extraordinario” y “muy anómalo”, según Rubén del Campo, meteorólogo y portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Una racha sin igual

Cuando hablamos de récords cálidos para una fecha, nos referimos a que la temperatura de un día concreto no tiene precedentes en el mismo día de años anteriores, al menos desde 1950, que es cuando comienza la serie de datos de Aemet. Es decir, que ningún 29 de septiembre ha sido más caluroso que el de 2023. Lo mismo ha ocurrido con el día 30, y con cada uno de los ocho primeros días de octubre.

“Al principio de la serie se batían muchos récords porque había pocos registros, […] era fácil que hubiese muchos días de récord, tanto frío como cálido, de forma consecutiva”, explica del Campo. En teoría, “a medida que pasa el tiempo no solo es más difícil que se produzcan récords, sino que resulta más difícil que se produzcan varios días de récord de forma consecutiva”.

Sin embargo, los diez récords consecutivos de este otoño suponen la racha más larga desde, al menos, 1970. El mayor encadenamiento hasta la fecha databa de 1987, con nueve registros históricos entre el 12 y el 20 de septiembre, según los datos que Aemet ha facilitado a Verificat.

No es solo el cambio climático

A pesar de que el cambio climático es la causa principal de estos registros tan anómalos, existen una serie de factores secundarios que, en mayor o menor medida, también han agravado esta situación. Uno es El Niño, un calentamiento natural de la superficie del océano Pacífico que se produce de forma irregular y que puede provocar cambios meteorológicos, tal y como indica a Verificat Richard Allan, profesor de Ciencias del Clima en la Universidad de Reading (Reino Unido).

Su aparición en los últimos meses ha contribuido “a un pequeño aumento de las temperaturas globales en septiembre”, apunta Allan, autor principal del sexto informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), y especialista en evaluar los modelos de predicción climática.

Otras causas naturales son el incremento de la actividad solar, y la erupción del volcán Hunga Tonga en enero de 2022. Ninguna puede alterar por sí sola todo un sistema climático, pero puede añadir unas centésimas de grado a las temperaturas globales ya al alza. 

La reducción de aerosoles contaminantes también puede aumentar paradójicamente las temperaturas. En este caso, los estudios señalan que las medidas de reducción del dióxido de azufre procedente del transporte marítimo aprobadas en 2020 por la Organización Marítima Internacional han podido tener vinculación con este incremento. 

Finalmente, algunos expertos como Sergi González, científico atmosférico en el Instituto WSL para la Investigación de Nieve y Avalanchas (SLF), en Suiza, debaten también sobre si el deshielo de los polos puede haber tenido algún papel, ya que al reducirse la superficie helada, también lo hace la luz del sol y, por consiguiente, el calor que refleja. Sin embargo, se trata de un debate abierto sobre el que de momento no existe consenso.

Pero la causa principal de esta intensificación de las temperaturas es el exceso de emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la quema de los combustibles fósiles —petróleo, gas y carbón—. Su empleo en sectores como el transporte y la ganadería hace que se liberen ingentes cantidades de gases como el dióxido de carbono, el metano y el óxido de nitrógeno, que producen el llamado efecto invernadero, y consiguiente calentamiento global. 

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