Adiós a la prohibición de hacer toples en las piscinas: el Govern advierte de que es discriminatorio

"La prohibición a las mujeres de ir con el torso desnundo, dar el pecho o usar trajes de baño más largos son acciones que excuyen a una parte de la población y vulneran la libre elección de cada persona con su cuerpo". Este es el aviso que la Generalitat ha mandado a todos los ayuntamientos catalanes para que modifiquen sus ordenanzas municipales y acaben con las restricciones de hacer 'toples en las piscinas municipales. Lo han hecho a través de una carta que advierte de que hay una ley catalana que deja sin efecto las ordenazas que pueden ser discriminatorias. De no cumplirse, y de haber mujeres que lo denuncien, el Govern puede aplicar sanciones de hasta medio millón de euros.

Cada año, una veintena de mujeres -se estima que la punta del iceberg- se acercaban a la plataforma Mugrons Lliures para denunciar que en las piscinas municipales no les dejaban toples y les llegaban a expulsar del recinto. "Es un tema de igualdad de género, que los hombres pudieran y nosotras no", recuerda Mariona Trabal, portavoz de este colectivo creado hace más de cinco años en Catalunya. Este verano se preparaban para recibir, de nuevo, otro alud de quejas. Pero no ha hecho falta. La Generalitat ha tratado de poner fin a estas vulneraciones de derechos a través de una carta a todos los ayuntamientos. "No sabemos por qué han tardado tanto, pero estamos muy contentas", cuenta Trabal.

Más allá del torso

La Conselleria de Feminismes, aprovechando que la ley catalana por la igualdad de trato -aprobada en 2020- sanciona cualquier acto discriminatorio en Catalunya, ha recordado a los ayuntamientos catalanes que prohibir la entrada a las mujeres que lleven el torso desnudo, pero en cambio permitírselo a los hombres, es un acto de discriminación por motivos de género. Es por ello que la misiva recuerda que practicar toples debe estar permitido.

Pero el texto va más allá. También incluye la garantía de que las mujeres pueden dar el pecho en la piscinas públicas y también recuerda que los bañadores que cubren más zonas del cuerpo tampoco se pueden prohibir. Aquí se incluye el burkini y otras prendas hechas con ropa acuática: por ejemplo para los niños o las personas enfermas que necesitan protegerse del sol en el agua.

Tapar los genitales

Aun así, la 'consellería' se posiciona en contra del nudismo en las piscinas municipales. En la carta se establece que la única norma que debe imponerse en las piscinas públicas es que el vestido de baño sea "adecuado para la actividad acuática" y que garantice la "higiene personal y la salud pública". Es obligatorio que se cubran los genitales de la persona y que no se use ropa de calle. El texto también recuerda que no se puede prohibir la entrada a las piscinas por motivos étnicos y raciales, y señala especialmente el caso de los jóvenes migrantes y las familias gitanas.

De no cumplir con esta recomendación, el Govern podría aplicar sanciones. Es lo que permite la ley catalana por la igualdad de trato, a través de la Oficina contra la No Discriminación, creada hace un año por la 'consellería' de Feminismes. El ente ya ha recibido alguna queja sobre esta situación, gracias a la colaboración del colectivo Mugrons Lliures, que apremia a todas las mujeres que se quejan ante la entidad a dar el paso a denunicar. La oficina es responsable de aplicar esta normativa catalana y hacer cumplir el reglamento sancionador de la ley, que prevé multas que oscilan entre 300 y 500.000 euros en función de la gravedad de los hechos.

La misiva se mandó el 22 de marzo, pero Mugrons Lliures la ha hecho pública en cuanto la 'conselleria' les ha notificado esta acción. "Está por ver qué harán los ayuntamientos: nosotras hemos dicho a todo el mundo que cojan una impresora e impriman la carta. Si les dicen algo, que la enseñen. Hay que plantar cara, no pueden obligarnos a nada y debemos resistir", apunta Trabal. La plataforma considera que no habrá apenas reticencias, ya que la mayoría de partidos políticos en Catalunya no se oponen a esta decisión. "Junts era quien más se resistía", explica Trabal. Hoy desde la entidad están eufóricas. "No hay causa pequeña, hay que luchar... nosotras lo hemos hecho y lo hemos conseguido", se congratula.