Juicio en Barcelona

La Fiscalía pide nueve años para un hombre acusado de drogar y violar a una turista en Granollers

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Una de las pruebas clave es una mancha de sangre del acusado hallada en el pasaporte de la mujer

Un abogado con toga, en una imagen de archivo.

Un abogado con toga, en una imagen de archivo.

EFE

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La Fiscalía ha pedido nueve años de prisión para un hombre al que acusa de drogar a una turista que se encontraba de vacaciones en Barcelona para después violarla en diversas ocasiones en su domicilio de Granollers el 22 de octubre de 2009. En la sección quinta de la Audiencia de Barcelona ha quedado visto para sentencia este lunes el juicio. La defensa ha pedido la nulidad alegando que parte de la investigación se ha llevado a cabo fuera de plazo, lo cual el tribunal ha acordado resolver en la sentencia.

La mujer presentó la denuncia por abusos en Londres, donde residía entonces, dos años después de haber conocido al acusado, que niega haber mantenido relaciones sexuales con ella o haberla trasladado a su domicilio de Granollers tras drogarla.

La mujer, que ha declarado a través de videoconferencia porque se encuentra en Australia, ha explicado que conoció al acusado a la salida de su hotel, ubicado en el Paseo de Gràcia, que iba acompañado de otro hombre, y fueron primero a una cafetería y después a un bar, donde ellos la invitaron a una cerveza y a un vodka, de los que no bebió mucho.

"Empecé a sentirme mareada y fui al baño", ha relatado. "No pude salir de ahí porque sufrí un apagón", ha añadido. Después sólo tiene "flashes de diferentes instantes", como encontrarse dentro de un tren y después en una habitación, donde recuerda estar desnuda y que el acusado tuvo sexo con ella varias veces. La mujer ha afirmado que "en ningún momento" le dijo que quisiese tener relaciones sexuales.

Cuando se despertó al día siguiente no tenía dinero en su bolso y el acusado y otro hombre al que no había visto antes la llevaron en tren de vuelta al hotel, donde el personal le tuvo que pedir un taxi para ir al aeropuerto porque ya había perdido el vuelo que tenía programado. "El personal del 'hostel' tuvo que apartar" al acusado "porque querían impedir que subiese", mientras le decían "que se iba a quedar muchos días", ha recordado la mujer.

La versión del hotel

Uno de los trabajadores del hotel, que ha declarado como testigo, ha confirmado la versión de la víctima, y ha recordado que se preocupó porque parecía "desorientada" y por su manera de actuar "drogada", y ha explicado cómo después tuvo que "enfrentarse verbalmente" a varios hombres para que ella pudiese entrar sola al taxi.

La mujer ha afirmado que "no empezó a encontrarse bien hasta que llegó al aeropuerto de Londres", donde residía entonces. Allí, dos días más tarde acudió al médico, pero no denunció porque "estaba muy mal psicológicamente". Además, ha precisado que pudo reconocer al acusado porque este le escribió su nombre y correo electrónico en un recibo y lo pudo ubicar a través de las redes sociales.

Sangre incriminatoria

Una de las pruebas clave es una mancha de sangre encontrada en el pasaporte de la mujer, que los forenses han confirmado que se corresponde con el perfil genético del acusado.

Por su parte, el procesado ha declarado que ese día había salido de fiesta con sus amigos y que se encontraba en un bar, donde comenzó a sangrarle la nariz y apareció la mujer, que se ofreció a ayudarle secándole la sangre con un pañuelo. Es por ello, ha aducido, que había sangre en el pasaporte.

El hombre ha explicado que entonces ella se dio cuenta de que le faltaba dinero y él se ofreció a ayudarla, llegando a darle su contacto, pero que se fue del bar solo porque vio que ella venía con otros hombres y "no quería problemas".

La Fiscalía ha considerado que el testimonio de la mujer es suficientemente coherente y se encuentra ratificado por las pruebas, por lo que ha mantenido su petición de pena inicial de nueve años de cárcel, diez años de libertad vigilada, así como de orden de alejamiento, y una indemnización de 10.000 euros.