La falta de educación afectivo-sexual y la influencia de la pornografía, entre las causas de las agresiones sexuales a menores

La falta de educación afectivo-sexual y la influencia de la pornografía, entre las causas de las agresiones sexuales a menores

La falta de educación afectivo-sexual y la influencia de la pornografía, entre las causas de las agresiones sexuales a menores / Save the Children/Pablo Blázquez

Mireia Recasens Lamuà. Save the Children

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La alarma cunde cuando nos enteramos de noticias terribles como la violación de una niña de tan solo 11 años por parte supuestamente de un grupo de chicos también menores de edad en Badalona. Es un caso tan grave que nos estremece a todas y nos vienen cientos de preguntas a la cabeza: ¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Cómo puede un niño perpetrar una agresión de este tipo? ¿Qué hemos hecho mal?

Seguramente no hay un único factor que lo explique sino múltiples, así como la influencia de lo que pasa a su alrededor y de la educación que tiene (o no) sobre ciertos temas. Pero ahí está la clave: en la educación y en la prevención desde edades tempranas.

Internet es la primera fuente de información para muchos adolescentes. Para informase de todo, también sobre sexualidad. En este espacio, la pornografía online, gratuita e ilimitada ocupa un gran lugar. 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía de manera frecuente, a la que acceden por primera vez a los 12 años. Antes de esa edad, suelen acceder a contenido pornográfico de manera accidental mientras navegan por la red a través de las famosas ‘pop-ups’ o ventanas emergentes.

En muchos casos, estos vídeos muestran actitudes violentas hacia las mujeres y perpetúan estereotipos de género donde la mujer tiene un papel sumiso y el hombre ocupa una actitud de poder y agresiva. Y es a través de esos contenidos que los adolescentes construyen su imaginario y su deseo sexual. Contenidos donde el consentimiento se diluye, donde no hay respeto ni una relación de igual a igual. Eso tiene un impacto muy grande en un niño que empieza a averiguar cómo funciona el sexo.

Más de la mitad de los adolescentes – la mayoría chicos – que ven contenidos pornográficos se inspiran en ellos para sus propias experiencias y es especialmente preocupante que cuando intentan imitar lo que ven, no siempre solicitan consentimiento previo a su pareja. La pornografía es profesora de su sexualidad.

¿Qué hacemos sin una educación afectivo-sexual que ayude a los niños y niñas a distinguir las relaciones sanas, respetuosas e igualitarias de las que no lo son? La educación afectivo-sexual es inevitable, necesaria e insustituible. ¿Por qué? Porque no sabemos ni cómo ni cuándo los niños y niñas van a empezar a recibir información relativa al sexo. Y cuando lo hagan, tienen que estar preparados.

Cuando nos referimos a educación afectivo-sexual hablamos de acompañar, informar y dar las herramientas a las niñas y niños en todo lo que tiene que ver con las relaciones, el cuerpo, la sexualidad, así como el respeto hacia el otro, a poner límites. Enseñarles que la sexualidad va mucho más allá de las prácticas sexuales, que es sobre formas de ser, de expresarse, de relacionarse. Por eso es tan importante explicar desde los primeros años conceptos como el consentimiento o la autonomía del cuerpo.

La educación afectivo-sexual es un derecho de todos los niños, niñas y adolescentes recogido por la OMS que ‘desarrolla y promueve la comprensión de los derechos humanos universales – la salud, educación, igualdad de información y la no discriminación’. Debemos educar en la igualdad de género y la diversidad y repensar los roles y estereotipos de género que siguen perpetuándose. Debemos ofrecer a la infancia i a la adolescencia modelos alternativos de relaciones libres de violencia para detectar conductas peligrosas. Debemos enseñarles pautas y reglas para un uso seguro y responsable de internet. No podemos continuar ofreciendo las tecnologías sin las herramientas necesarias, por eso es urgente que se implementen mecanismos de regulación del acceso a contenido pornográfico en las plataformas de internet.

Las violencias se pueden prevenir y por eso debemos poner aquí el foco. La información y el conocimiento, son claves para la prevención.